sábado, 7 de julio de 2012


Eduardo Gallo: "Si la gente está de fiesta en la plaza, eso también es bueno para el torero"

Eduardo Gallo | Vivas
Manuel Sagüés / www.noticiasdenavarra.com
07/07/2012 10:03
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Con la madurez que da el saber sufrir y el estar siempre preparado para aprovechar las oportunidades, Eduardo volvió con fuerza el año pasado, como dejó constancia con una notable actuación en septiembre de 2011 en Sangüesa en una corrida de Adolfo Martín. A Pamplona regresa seis años exactos después del de su presentación, el 7 de julio de 2006, día en el que cortó una merecida oreja a un toro de Marqués de Domecq. Vuelve a esta plaza, tras reivindicarse en San Isidro, con la idea de seguir creciendo en esta su segunda y madura etapa enfundándose el chispeante.
Eduardo, cuéntenos sus inicios como aficionado y aspirante al torero, porque no tenía antecedentes familiares en la profesión.
En mi familia, mis padres solo eran aficionados de ir a la plaza de toros La Glorieta, aquí en Salamanca. Yo me fui aficionado también por ver corridas en la televisión. Me acuerdo un día, aunque no recuerdo quien toreaba, que me dije a mí mismo que quería ser torero.
Y de ahí a la Escuela Taurina de Salamanca y su aprendizaje a la vera los Juan José y otros profesores...
Sí, fui a la escuela con 12 años y al principio lo tomaba solamente como un juego. Me acuerdo perfectamente de la primera tarde que fui a la escuela, con la ilusión por coger un capote y una muleta, cosa que no había hecho nunca. Y también guardo un recuerdo muy especial para mis profesores, Juan José, Blázquez y José Ignacio Sánchez, que fueron quienes me enseñaron e indicaron el camino a seguir.
Y el veneno de la profesión y el aplauso le terminó de atrapar en 2001 cuando se presentó cortando un rabo en la plaza de Pelabravo.
Ahí fue mi debut en público como novillero sin caballos y fue una tarde muy bonita, mágica y la confirmación de que había elegido bien lo que quería ser.
Y, luego, debut con picadores con acento francés....
A raíz de una novillada en Francia se fijaron en mí unos apoderados franceses y debuté con picadores. Y cogí mucha fuerza al ganar el Zapato de Oro de Arnedo en 2003 y, ya en 2004, me salieron muchas novilladas más. Fue una etapa muy corta pero muy redonda, con 40 novilladas.
Regresa a Pamplona seis años después de su debut. ¿Qué recuerdos tiene de ese 7 de julio de 2006 en el que debutó cortando una oreja a un toro de Marqués de Domecq?
Un recuerdo muy bueno, corté una oreja en una tarde en la que además no se cortaron más orejas. Fue una tarde buena. Me hubiera gustado volver mucho antes, pero no ha podido ser. Tengo el recuerdo de que, desde que llegas a la plaza, tienes en la cabeza un jaleo que estás como si no te enteraras de nada.
Todo es distinto en esta plaza...
Hay un ruido constante, pero es bonito también y otra forma diferente de entender la fiesta. Es una fiesta y si la gente se lo pasa bien en la plaza, también es bueno para el torero. Si la gente se lo pasa bien, pues bienvenido sea para todos.
¿Y con qué responsabilidad llega a Pamplona? Su apoderado Lázaro Carmona dice que usted desde su buen paso por Madrid se ha encerrado en el campo preparándose con la vista puesta expresamente en la Feria del Toro de Pamplona.
En Madrid salieron las cosas bien, pero tengo que seguir y necesito triunfar en Pamplona porque es una feria muy importante y ahí los toreros tenemos que marcar las diferencias. Además, en Pamplona es donde sale un toro serio y donde uno tiene marcar y decir quién quiere ser en esto.
¿Le gusta el cartel con toros de Dolores Aguirre y con Antonio Ferrera y Joselillo como compañeros de terna?
Yo soy matador de toros y me da igual qué corrida. Yo no soy nuevo en esto y vengo de vuelta de todo. Además, ya he toreado muchas corridas de este tipo, fuertes, en pueblos y en otros sitios. La corrida que vaya a matar en Pamplona ya la he podido matar antes. Pero ¡qué voy a pensar!, que lo que voy a matar en Pamplona son toros, unos toros que pueden salir mejores o peores. Aunque mates una corrida comercial, los toros te pueden salir malos y más duros. No me preocupa ni la ganadería ni los compañeros ni nada de eso.
Está viviendo una segunda etapa de mayor madurez, después de unos comienzos como torero con muchas expectativas, pero luego teniendo que chupar, como usted ha dicho en alguna ocasión, demasiado banquillo...
Desde luego, los primeros años de la alternativa toreé bastante y triunfando en plazas importantes, pero quizá no tuvo la repercusión deseada. Durante estos tres años, desde que dejé la Casa Chopera, he toreado muy poquito, pero me han valido para madurar y ahora se está viendo el trabajo de estos años de entrenamiento y mentalización A mí me ha venido bien este bache para encontrarme a mí mismo como torero y como persona.
Ya desde su paso por Sangüesa hace diez meses, en los mentideros taurinos de Navarra se barruntaba que otra vez venía Eduardo Gallo pisando fuerte y que podría ser uno de los toreros que pudieran renacer en 2012.
Sí, me acuerdo perfectamente lo de Sangüesa. Fue una buena corrida de Adolfo Martín en la que me sentí muy a gusto.
Y su recuperación se ha confirmado en su paso por Madrid, aún sin cortar orejas en las corridas de El Ventorrillo y Martín Lorca.
Lo de Madrid ha tenido mucha repercusión a pesar de no cortar orejas. El primer día me negó la oreja el presidente y el segundo no me dio opciones la corrida, pero gracias a Dios cuando está la televisión ve todo el mundo el que no ha podido ser.
¿En 2006 corrió el encierro? ¿Lo piensa hacer en esta ocasión?
En 2006 lo pensé, pero al final no lo corrí porque me dio miedo tropezarme. Este año todavía no lo he pensado, pero si no lo corro, por lo menos iré a vivirlo en directo.

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