Armendáriz no quería irse de vacío de su tierra y apretó el acelerador (a su manera) con el último de Capea. Mató de eficaz modo y, con el toro con la muerte encima, lo aplaudió el propio rejoneador. Los gritos de ¡Armendáriz! subieron hasta el cielo y le recompensaron con dos orejas, la segunda generosa y propia del paisanaje. No tuvo el presidente igual premura para sacar el pañuelo con Sergio Galán...
QUINTO TORO
Galán, todo entrega, entonó con «Apolo» un bello y cercano baile con el toro, que careció de casta y transmisión. Puso con mérito un ramillete de rosas y metió el rejón de muerte en dos tiempos. Paseó una oreja
CUARTO TORO
Pablo impactó con «Van Gogh», un caballo con una raza excepcional. Hubo batidas en falso porque el toro nunca lo puso fácil, pero Hermoso puso toda la carne en el asador en escenas de enorme mérito. Las piruetas y las cortas, con el desplante telefónico calaron con fuerza en el personal. Quería más el estallés y, muy arrebatado, cogió un par a dos manos hasta coger por el camino más populista los pitones. Se llevó un golpazo. Esta vez «Pirata» lo cazó a la primera
TERCER TORO
Roberto Armendáriz se lleva un susto monumental en el saludo, cuando el toro a punto está de prender a la cabalgadura y además hace el intento de saltar al callejón. Apuntó flecos mansos durante la actuación, en la que destacó una banderilla quebrando en los medios, de dentro hacia fuera. Abusó en exceso de las distancias, pero sus guiños a la galería fueron jaleados. El toro se echó y todo fue a menos pese a su voluntad. Llegamos al ecuador de la tarde sin premio alguno. ¡A ver qué pasa en la segunda parte!
2º TORO
Sergio Galán llega dispuesto a seguir sumando puertas grandes en San Fermín. Los tendidos, totalmente repletos, piden la oreja, pero el palco no la concede. El rejoneador destaca con «Ojeda» y «Apolo» frente a un toro noblote pero al que la faltó motor y fortaleza, por lo que la emoción no llegó a ser del todo intensiva.
PRIMER TORO
Pablo Hermoso de Mendoza torea en su feudo de Navarra. El caballero de Estella imparte una nueva lección de magisterio pero pierde el triunfo con el rejón de muerte frente a un toro de Capea que transmite en los caballos. Hubo tremendo un susto con «Disparate» pero por suerte no hubo consecuencias que lamentar.
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