Ha muerto Antonio Corbacho, descubridor de toreros. Nacido en Madrid en 1951, este antiguo subalterno fue el encargado de guiar los primeros pasos de José Tomás. Faro y guía del último revolucionario de la Fiesta, sus métodos de entrenamiento seguían el hilo de lafilosofía samurái. La teoría de estar dispuesto a morir en el ruedo se agigantaba bajo las riendas de Corbacho, un maestro de férrea disciplina y que preparaba a sus alumnos para el máximo sufrimiento.
Apasionado del valor auténtico y de la pureza, su ojito derecho siempre fue José Tomás, y así lo reconoció el propio mentor: el díscípulo había superado al profesor.
Su otra debilidad llevaba el nombre de Alejandro Talavante, al que apoderó con enormes ilusiones y del que aseguraba que podía crecer todavía más como torero. En el extremeño puso su fe y le inculcó esosvalores del guerrero. También dirigió carreras como la de Víctor Puerto y recientemente Esaú Fernández. Sebastián Ritter era su última esperanza.
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