viernes, 14 de noviembre de 2014

El Club Taurino Moralo quiere una feria del toro y el caballo para Navalmoral

  • Ha presentado una propuesta en el ayuntamiento de Navalmoral de la Mata, en la Diputación de Cáceres y en la Junta de Extremadura

  • 0
  • 4
El Club Taurino Moralo presentó y registró el pasado jueves, 6 de noviembre, en el ayuntamiento de Navalmoral de la Mata dos propuestas taurinas, la creación de una feria taurina en Navalmoral y la otra la creación de la Feria del Toro y del Caballo de Navalmoral de la Mata. Ambas propuestas también fueron presentadas ante la Diputación de Cáceres y en la Junta de Extremadura.
El club moralo pretende la creación de una feria taurina en Navalmoral de primer nivel, donde se puedan llegar a dar dos o varios festejos taurinos concentrados en un fin de semana y en donde se pueda contar con las máximas figuras del toreo y del rejoneo, así como con los toreros mas interesantes del escalafón actual y toreros extremeños y así consolidarla dentro de las ferias importantes de Extremadura como son las de Olivenza, Badajoz, Plasencia o Cáceres.
La segunda propuesta es la creación de la Feria del Toro y del Caballo de Navalmoral de la Mata que iría ligada a la feria taurina y en la que se instalaría una gran carpa gigante con stands para exponer todo tipo casas comerciales relacionadas con el mundo del toro y del caballo, realización de tentaderos públicos y exhibiciones de toreo de salón a cargo de toreros, novilleros y alumnos de escuelas taurinas, charlas coloquios, exposiciones taurinas de fotográficas, de pinturas, de trajes de luces, desfiles de moda taurina y flamenca, actuaciones musicales, catas y degustación de vinos, exhibiciones ecuestres, doma de caballos, punto de concentración de asociaciones taurinas.
El Club Taurino Moralo considera que ambas propuestas serian muy importantes para Navalmoral de la Mata y su comarca y en general para la provincia de Cáceres, dada la gran afluencia de visitantes que tendría y teniendo en cuenta el potencial motor económico para la localidad de Navalmoral durante esos días de celebración de ambas ferias.

Iván Fandiño, solo ante el peligro con seis toros de hierros míticos en Las Ventas

Día 14/11/2014 - 01.00h

El Domingo de Ramos, en la primera corrida de la temporada en Madrid, con un estreno de alto voltaje en el que se barajan Palha, Pablo Romero, Miura, Victorino, Adolfo y Cebada, entre otros

Caminante de caminos sin asfalto, Iván Fandiño planifica una tarde de alto voltaje y riesgo en Las Ventas: quiere matar seis toros en solitario. La fecha: el Domingo de Ramos (29 de marzo), en la primera corrida madrileña de la temporada 2015. El invierno taurino se enciende así con un acontecimiento supremo. Órdago a la grande: el vasco, solo ante el peligro en la plaza número uno del mundo.
No será una encerrona cualquiera, sino que ya sobre el papel su gesto se escribirá en la historia: lidiará media docena de ejemplares de ganaderías de las denominadas «duras». El toro será verbo en Madrid en este desafío a solas. Según ha podido saber ABC, se barajan los hierros de Adolfo Martín, Victorino, Partido de Resina (antes Pablo Romero), Palha, Cebada Gago, Escolar, Miura, Baltasar Ibán y Cuadri. Todo un hito para agigantar su trayectoriaforjada en la capitaldesde la nada.
Con un G-5 (Morante, Juli, Manzanares, Perera y Talavante) que hace aguas y en un año en el que se prevé que cada cual vaya a lo suyo, la guerra ha estallado. Cada soldado busca ya su trinchera y la «paz» no reina para nadie, ni siquiera entre los anteriores aliados («ya no creo en los intereses colectivos», ha declarado recientemente Talavante). Silban las balas de las desavenencias entre los distintos batallones de un planeta taurino «con un sistema insostenible», según los empresarios de Anoet. Y cada cual abrillantará sus cartuchos a su manera. La apuesta de un espada que siempre fue por libre ya está encima de la mesa y la empresa Taurodelta, conocedora de los gustos del público más exigente, iniciará con este zambombazo su undécima campaña.

Un paso más

Con mucho más de lo soñado cuando empezó por capeas en la Alcarria,abierta ya la Puerta Grande venteña, ganador a sangre y fuego de un puesto en las principales ferias y catalogado como figura por los profesionales, Fandiño persigue dar un paso más en su carrera con una corrida del agrado de la afición santo y seña de la Fiesta. «Quiero ser un torero de época y que cuando se hable de un tiempo figure ahí mi nombre», confesó en una pasada entrevista con este diario. Con un palmarés de doce orejas en el coso capitalino y pese a contar ya con una salida a hombros en San Isidro 2014, tiene un sabor agridulce: después de dar la cara en la Feria de Otoño, su balance no fue el que ambicionaba.
Ya en septiembre se encerró de manera triunfal en la tierra que lo ha adoptado, Guadalajara. Pero Madrid es otra película. Y el ganado elegido, con los encastes que otrora mataban los maestros. No se recuerda un gesto así, con diversos hierros míticos de una tacada. En una época en que muchos aficionados se quejan de que los toreros no se salen del «sota, caballo y rey» y reclaman que los grandes se anuncien con divisas «toristas», Fandiño se atará los machos en la catedral. ABC ha podido saber que el equipo del matador ya está viendo desde los temidos palhas del terror, horror y furor, a legendarios grises, guapos pablorromeros o los cebadas que tanto reclama un amplio sector del abonado venteño.

Arma de doble filo

Guerrero independiente, responderá así a la afición que pide verle con estas ganaderías. Un arma de doble filo en la más inmensa soledad, entre muchas ilusiones y se supone que no pocos miedos. Como Gary Cooper, en su papel de un sheriff Kane que no abandona su deber frente a los forajidos. «Yo jamás he huido…», dice en una escena. Tampoco lo hará Fandiño, solo ante el peligro en un filme para laeternidad del toro y el toreo. Nunca este siglo la Monumentalalumbró un estreno de corridas con una de este calibre. Silencio… Se rueda. ¡Claqueta y acción!

Su huella en Madrid

La quiebra

JAVIER ARROYO
JAVIER ARROYO
  • ¿Dónde diablos se encuentra el llamado 'misterio taurino' que le contaba el abuelo, aval moral y sustento material del invento?

Cuentan los taurinos que la tauromaquia está en quiebra definitiva. Hablan de altos costes, de honorarios, de reglamentos, de cánones, de convenios, de comunicación. Y de respeto y prepotencia que piden unos y ejercen otros. A todos estos factores atribuyen la crisis galopante e imparable en la que navega el toreo hace ya años.
Se apela a la unidad de todos contra el enemigo exterior e interior; se mueve el lobby taurino para poner en la ruta del SXXI a la tauromaquia; se celebran reuniones, se elaboran planes estratégicos para salir del atolladero marcando sendas a seguir que deberían llevar al toreo al mismísimo cielo eterno en la tierra. Entretanto, cada vez menos público en las plazas, menos atracción popular, menos gancho social del toreo.
El toreo está sumido en la vulgaridad de lo laico. La tauromaquía camina hacia la nada.
Extrañamente nadie apunta a lo que, a mi entender, es cuestión nuclear y causa primera de ver instalada la tauromaquia de hoy en la pendiente viscosa hacia la nada. Hoy, con el toreo sumido en la vulgaridad de lo laico, el pueblo se pregunta -y con toda la razón- dónde diablos se encuentra el llamado 'misterio taurino' que le contaba el abuelo, aval moral y sustento material del invento. Y al no hallarlo en los ruedos, su hábitat natural, -sagrado y misterioso, para más señas- dice la gente que con su pan se lo coman los taurinos, que qué pena y qué despilfarro y que ya no vuelve a los toros, que para farsas las del telediario.
Lleva años la estética taurina instalada en la impostura. Una generación. En los ruedos de hoy la casta taurina pregona flamencamente un discurso de oro en paño, siendo en realidadsimple y vulgar latón y latazo. Casi nada queda de la verdad estética del discurso artístico que el toreo lleva grabado en su ADN: aquello mágico y misterioso que en los toros debe conmover y emocionar. La esencia estética y ritual que ha mantenido 500 años al toreo entre nosotros ha sido traicionada. El pueblo, que siempre buscó en la tauromaquia la trascendencia, la conmoción emocional, un sentido ritual y purificador, ha visto convertido el arte taurino en acontecimiento banal, vacuo e incomprensible y, además, con sangre. Y ya no respalda el invento.
Una ruina. Hemos llegado al toreo frívolo, amanerado y de puntillas.
Retorcimientos generales, flamencuras impostadas, el toreo de puntillas, el ventajismo, la vulgaridad y la banalización del rito son el pan de cada tarde. Una ruina. Del asentamiento, la seriedad y la firmeza sin afectaciones del toreo cabal, hemos llegado al toreo frívolo, amanerado y de puntillas: por cada fotografía de un torero -matador o novillero- con sus pies hundidos en el albero, se publican hoy centenares de estampas taurinas donde despacha el matador el lance o el natural -en sacrilegio sumo- con una zapatilla en el suelo -su sitio natural si de toreo se habla- y la otra tan sólo rozando el piso con la fina puntita, componiendo así el figura de turno una estampa de cursilería tal como para auyentar al primer curioso o primo que se haya cruzado con la tauromaquia pensando, iluso, que aquello iba en serio y con quietud, no en serie y constante movimiento. Así se torea hoy y eso no interesa a nadie más que a figuras, palmeros, revisteros y becarios que nutren y se nutren del engendro. Todos ellos lamentablemente engullidos por el sistema estético y metodológico que sostiene eso que llaman toreo en nuestros días. Una ruina.
La ausencia de perspectiva, de análisis crítico por vía estética, elabora un relato con un lenguaje, sea corporal, oral o escrito, incomprensible para el ciudadano y nauseabundo para el aficionado. Relato consistente en desgranar acríticamente el transcurso de la tarde, haya toros o no, se toree o no, baje cristo de la cruz o no. Y el pueblo, que no es tonto, sabedor del fraude y el sacrilegio cometidos, ni se acerca a tal despropósito que ni es cultura, ni es ritual ni es nada. Esa es la ruina.
El pueblo y la afición quieren ver a quien fielmente reproduce lo que su traje le revela.
Salvo excepción. Porque alguno hay que sigue fiel al toreo y a su estética, a su ética y a los cánones del ritual. El publico, a lo largo de la historia, ha acudido al reclamo de quien así se comporta. No porque sea el torero más guapo ni más ligón ni más elegante ni porque comunique, entre humos, virtuales azañas de magia ful. No. El pueblo y la afición, hermanados por la emoción del toreo verdadero, quieren ver a quien fielmente reproduce y consagra cada tarde lo que su traje sagrado le revela: el honor se ser y hacer el toreo, no una pantomima que, esa sí, es la culpable de la quiebra de este maravilloso arte.
Conjúrese el toreo para devolverle al pueblo el misterio que le han arrebatado. Y si les falta coraje para acometer tan noble empresa, dejen paso, que toreros todavía quedan esperando a que ustedes se vayan.

Bogotá acoge la primera manifestación de toreros de la historia

  • Manzanares, El Juli, Castella o Fandiño acompañan a César Rincón en una jornada histórica para la tauromaquia

  • Exigen que se cumpla el mandato de judicial que ordena la reapertura de la plaza de Bogotá, cerrada por su alcalde

Manzanares, Rincón y El Juli, este miércoles en Bogotá. Vídeo: ATLAS | Foto: AFP

La Santamaría vivió una tarde memorable con un cartel de lujo. Frente a la puerta grande por la que tantas veces salieron a hombros,El Juli, Manzanares, Perera, Talavante, Castella, Luis Bolívar, Fandiño, El Payo, Miguel Abellán y el anfitrión de todos, César Rincón, entre otros, protagonizaron la primera manifestación de figuras del toreo de la Historia.
Todos viajaron a Bogotá para exigir a su alcalde, Gustavo Petro, que cumpla la ley y reabra la plaza más importante de Colombia. Al ser un político que rechaza las corridas, decidió no renovar el contrato que caducaba hace más de un año con un empresario taurino. Poco le importa la sentencia de la Corte Constitucional que le obliga a permitir la Fiesta brava en la plaza más tradicional del país, propiedad del ayuntamiento.
Con su presencia también quisieron apoyar a los catorce novilleros que llevan tres meses largos de huelga para reivindicar su derecho al trabajo y el respeto a las minorías.
El acto comenzó con un minuto de silencio en homenaje a José Mari Manzanares, un momento muy emotivo que le arrancó unas lágrimas a su hijo. Tampoco pudo reprimirla César Rincón, por el respaldo de los primeros espadas que le acompañaron. "Este es un momento histórico, una gesta sin precedentes en el mundo taurino, es por la libertad de la tauromaquia, por el libre desarrollo de esta actividad", dijo Rincón. "Aquí nací como torero, aquí me doctoré, aquí me retiré". Confía en que otros como él puedan hacer lo mismo en el futuro.
Uno a uno, todos los maestros, fueron pasando por el micrófono para clamar por la reapertura de la Santamar{ia y, antes todo, por la libertad -la palabra que más se escuchó- de disfrutar su arte y practicarlo. "No estoy con la fuerza aún de ponerme delante de un toro, pero sí de estar con ustedes luchando", dijo Manzanares.
La confianza general es que el alcalde Petro siga el mandato de la Corte Constitucional y deje que la Feria de febrero se celebre. Pero ya anunció que prefería dejar la alcaldía a que haya toros, y lo probable, como hace cuando algo no le gusta, es que de largas y deje pasar el año de mandato que le queda.
"El arte del toreo, como todas las artes, tiene un enemigo, que es el poder", rezaba el manifiesto escrito por Antonio Caballero, periodista, escritor y el más reconocido crítico taurino colombiano, que firmaron los asistentes al término de la faena colectiva. La Santamaría, agregaba, fue "arbitrariamente clausurada por el capricho de un alcalde que lo justifica en nombre de la estrecha aritmética que le dio el triunfo electoral. Los aficionados a los toros somos una minoría, y sabemos que nuestros gustos no son universalmente compartidos. Por eso no aspiramos a imponerlos sobre los de otras minorías (...) Sólo pretendemos que, recíprocamente, no nos impongan los suyos ni nos supriman los nuestros".
Así mismo, seguía el Manifiesto, hay que defender "el derecho a elegir el propio oficio. En este caso, la profesión de torero, como lo desean estos jóvenes novilleros que llevan meses acampando frente a las puertas cerradas de la plaza de toros, como refugiados de una guerra". Concluye recordando que la concentración tiene el fin de "exigir la libertad. La libertad de expresión. La libertad de elección. La libertad del placer. Contenidas todas en el eterno sueño libertario que es la prohibición de prohibir. Este es un Manifiesto para hombres libres".