sábado, 17 de marzo de 2012


Puerta grande para Manzanares y Talavante

Alejandro Talavante y José María Manzanares, a hombros. | Vicent Bosch
Alejandro Talavante y José María Manzanares, a hombros. | Vicent Bosch
Se colgó el cartel de "no hay billetes". Buena noticia para la Fiesta. Un atasco de entrada. Juan José Padilla abrió la tarde con un toro acaramelado de caramelo para su gozo. Lo toreó a modo tras banderillear al cuarteo, al sesgo y al violín. Padilla con su parche. Qué mérito. En redondo, después de un volatín de apertura, el Ciclón ciclópeo de Jerez se encajó de riñones y disfrutó. El torete por la mano izquierda se hizo el longui y se quedó cortito. Estocada y dos descabellos. Aviso y oreja de felicidad.
José María Manzanares entró en triunfador y salió triunfante. 'Amador' tuvo un ritmo espléndido sobre la mano derecha. Manzanares, de negro y oro, le puso la salsa y la muleta empapando toda la embestida, de principio sin hacer. En una serie solo. Luego la cogió para nunca soltarla. En redondos de tres y el de pecho. El empaque y la rueda, sin soltar no vaciar la embestida salvo en los obligados. Un breve paso al natural por donde había que tirar más, remiso el recorrido. La cumbre vino ahora en una rueca sin solución de continuidad coronada por un molinete de sabor. 'Amador' nunca desfalleció. En los medios, sobre la misma boca de riego, lo cuadró. Y en la suerte de recibir lo despenó con una seguridan tan apabullante que la estocada quedó perfecta y rotunda. Los dos pañuelos del tirón sacó la presidencia. Puerta grande cerrada hasta ahora.
Manso de solemnidad fue el tercero, un negrito recogido de cara que escarbó desde la salida. Por el izquierdo era una prenda. De ahí el desarme en la apertura por alto y cuando Talavante se la presentó al natural. Por lo demás Alejandro de Extremadura le hizo todo como si fuera bueno, sin darle importancia, con la cumbre de una arrucina que rectificó y convirtió en una especie de pase de las flores. Abrochó con unas manoletina de amplia muleta y un espadazo. Premio para el caballero que estuvo valiente de veras.
Padilla no tuvo opción con el manso cuarto y renunció a las banderillas. El quinto fue un toro rajado, renuente pero manejable cuando fue. Deslucido. Manzanares le hizo faena en los medios lejos de todas las querencias que deseaba. Allí también lo quiso matar. Pero no eran los terrenos ni el modo de recibir.
El sexto, remiendo de Parladé para la primera corrida de la temporada de Justo Hernandez en plaza de primera, se partió el pitón derecho por la cepa contra un burladero nada más salir. El sobrero era del mismo hierro de Juan Pedro Domecq Morenés. Muy anovillado, Talavante dibujó un sabroso recibo por delantales al burraquito. La apertura por estatuarios tuvo su emoción pues el toro se venció por el derecho. Un puente trágico. Su embestida luego fue tan noble como informal y sueltecita. La faena resultó muy florida. De espaldinas, cambios y así. Ligera. Tal para cual. La oreja cayó para salir a hombros con Manzanares.

Ficha:

Plaza de toros de Valencia. Viernes, 16 de marzo de 2012. Séptima de feria. Lleno de "no hay billetes". Cinco toros de Domingo Hernandez/Garcigrande, de trapío justo y escaso, dulce el 1º, bravo y con ritmo el 2º; manso y complicado a izquierdas el 3º; desbravado y no fácil el 4º; rajado y manejable el 5º; y uno (6º) de Parladé, devuelto tras partirse pitón; un sobrero anovillado del mismo hierro del remiendo, de noble e informal embestida.
Juan José Padilla, de malva y oro. Estocada y dos descabellos. Aviso (oreja). En el cuarto, media estocada (saludos).
José María Manzanares, de azul marino y oro. Estocada en la suerte de recibir (dos orejas). En el quinto, dos pinchazos y estocada. Aviso (silencio).
Alejandro Talavante, de malva y oro. Estocada (oreja). En el sexto, estocada rinconerilla (oreja). Salió a hombros con Manzanares.

lunes, 12 de marzo de 2012


Los dos primeros de Fuente Ymbro fueron toros terciados y cómodos. Chorreado en morcillo el primero, que tuvo de salida embestidas de sifón, irregulares, desordenadas; acarnerado el segundo, que escarbó pero también galopó, las dos cosas. Este segundo se empleó en un puyazo y fue de nobleza pajuna: con él se abrió un desfile de toros pastueños cuyo flujo solo vino a cortar un sexto caprichoso e imprevisible.
El que rompió plaza y estrenó feria tendió a salirse distraído de suertes pero se acabó quedando en toques y engaños. Tuvo la fuerza justa, se vino a la voz, y de torear a la voz abusó Diego Urdiales, que era nuevo en esta plaza y esta feria. La faena de presentación fue derechista, porque el toro fue mucho más tratable a diestro que a siniestro. Faena academicista, fría por despegada, que se sintió con sal en dos molinetes de recurso y tuvo su acento mejor en una tanda con la zurda bien trabajada pero de última hora. Fue, además, faena reiterativa y, como casi todas las de su género, más plana que honda. Un pinchazo, casi media en la suerte contraria y un descabello.
Tejela, que es fijo en Magdalena, casi torero de nómina en Castellón, toreó a suerte descargada por sistema al bondadoso segundo, llegó a ponerse mecánico con él y acabó con dos tandas de alarde. Una estocada en los blandos.
No había pasado casi nada cuando se soltó el tercero, colorado, de elástica movilidad. Con ese toro debutó en la Magdalena Iván Fandiño. Un toro corretón y suelto de salida, Fandiño le pegó lances suaves en el recibo y firmó a tercio cambiado un quite mixto con talaveranas cosidas a capeo a pies juntos y el remate de una rumbosa revolera invertida. El toro humilló mucho, repitió y a veces pegajosamente, y, apenas castigado en una vara, no es que se viniera propiamente arriba pero tuvo muchos pies. Fandiño abrió faena de largo y con el pase cambiado por la espalda, prólogo de la que iba a ser, en los medios, la única tanda redonda de una faena desigual, a ratos atropellada o falta de punto. La gente jaleó una tanda por valencianas o manoletinas frente a toriles, donde tuvo lugar un último asalto. Tres pinchazos a toro humillado y una estocada baja.
Se sentía a mitad de festejo un ambiente perplejo. Se había predicado corrida torista y estaba siendo todo lo contrario. Ninguno de los tres de terna se había acoplado a tanta bonanza. La segunda parte de corrida fue todavía mejor. De nobleza supina un cuarto grandullón pero abrochado de cuerna y, además, fijo y pronto; mansito como una babosa el quinto, que se quiso rajar pero no llegó ni a atreverse. El sexto fue el más serio de los seis: fino hocico, finas puntas, finos los cabos también. Corto de cuello, algo loco el toro, fue el de más personalidad. Por pegar arreones, o por hacer hilo en banderillas, o por distraerse.
Fandiño se hizo en plaza con tres largas afaroladas de rodillas en tablas y una madeja de tres lances en vertical rematados con larga espléndida. Fue el lance de la tarde. La feria de Magdalena se anuncia este año con un montaje ingenioso y multicolor sobre la foto de una revolera de Tejela. Ni él ni Urdiales tuvieron un detalle de capa. Fandiño, sí. Ninguna de las dos segundas faenas de Urdiales y Tejela fue dechado de imaginación ni arrojo. La de Fandiño al último estuvo cargada de electricidad, tanto en el toreo a la distancia del arranque como, luego, en el toreo de ponerse encima. Se vio al torero de Orduña bien rodado de su larga campaña americana de invierno. Pero muy desafortunado con la espada.

jueves, 8 de marzo de 2012


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La corrida de toros de Navalmoral de la Mata se celebrará el 31 de marzo
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ESTARÁN FRANCISCO RIVERA Y SEBASTIÁN CASTELLA

La corrida de toros de Navalmoral de la Mata se celebrará el 31 de marzo

27.02.12 - 00:01 - 
Según ha informado la Asociación Cultural Taurina El Indulto de Navalmoral de la Mata, la fecha en la que se anunciaba para el 7 de abril una corrida de toros para los diestros Francisco Rivera 'Paquirri', el francés Sebastián Castella y el mexicano Juan Pablo Sánchez con toros de Alcurrucén, se cambia al sábado 31 de marzo. El Indulto junto con la empresa la casa Lozano dará a primeros de mes una rueda de prensa donde se presentará oficialmente el cartel.

lunes, 5 de marzo de 2012


Juan José Padilla: Resurrección en Olivenza

«Siempre me quedará un vacío enorme si no cumplo mi sueño», admite el matador, que perdió en Zaragoza la vista de un ojo

04.03.12 - 09:24 -
Juan José Padilla: Resurrección en Olivenza
Cuando Juan José Padilla, a media tarde de hoy, ponga un pie en el ruedo de Olivenza, con el capote de paseo crujiendo de ajustado, el parche en el ojo y la mano en saludo torero, un hombre habrá hecho, de nuevo, historia del toreo. Poco importa si en sus dos faenas el matador logra destapar el tarro de las esencias de la tauromaquia y cantan desde los cielos los ángeles por el arte de Cúchares, o si consigue parar el tiempo con el capote; el 'asunto Padilla' es una cuestión de valor, de héroes, de ética antes que de estética.
Los sueños desbocados de Juan José Padilla son un imán poderosísimo que tendrá esta tarde a gentes de medio planeta mirando al ruedo. Esta semana, el torero de Jerez ha sido portada en el mismísimo'The New York Times' y en Olivenza las entradas han volado. Padilla, Morante y Manzanares con toros de Núñez del Cuvillo. Ese cartel ha llenado la plaza y los hoteles de la zona, algunos haciendo el agosto a 300 euros la noche con gentes venidas de muy lejos. Lo que en otros géneros sería una cuestión de morbo, en la tauromaquia consiste en la sublimación del riesgo, base última de la fiesta de los toros.
«Volveré a ser el Padilla de siempre», asegura. Lo de esta tarde viene a ser un 'remake' moderno del asunto aquel del Minotauro, de la lucha de Hércules y los bueyes de Gerión. El combate mitológico entre el toro y el hombre arrancará a media tarde en Olivenza, pero la pelea del hombre contra el hombre comenzó mucho antes, justo cuando Padilla se despertó en octubre en el Miguel Servet de Zaragoza y le dijo a su apoderado Diego Robles que quería reaparecer en América. Y se enteró de que no. Todos menos él sabían qué había pasado. Días antes, tras el tercer par de banderillas, un toro le achuchó la carrera, lo tiró al suelo y un pitón como un rayo le partió la cara contra el albero, desde debajo de la mandíbula hasta el ojo. Las fotos ya habían dado la vuelta al mundo cuando el torero se fue enterando con la suavidad implacable con que llegan los disgustos, que probablemente no vería más del ojo izquierdo. Le tocaba de nuevo bajar al infiernos de los quirófanos en los que se operan las carnes pero no las almas. Padilla estaba destrozado anímicamente, ahogado en una depresión cenagosa en la que lo había metido el toro y de la que solo el toro podía sacarle.
No soy un héroe
«Volveré a torear, aunque sea con un parche», dijo, y el mundo se deshizo en mensajes de apoyo y ánimo. Los guarda en un libro que le regalaron y esta tarde serán parte de su capilla en la solitaria habitación de hotel en la que ya lidia con sus fantasmas. Les decidió plantar cara bien pronto y el 31 de diciembre reunió a su familia en la finca de Ricardo Gallardo y toreó una vaca. Desde entonces no ha salido de la sala de rehabilitación, del quirófano y de las plazas de tientas en las que ya ha matado una decena de toros, mientras en Twitter se acuñaba la etiqueta #HéroePadilla. «No soy un héroe, solo le pongo voluntad a las ilusiones que Dios me ha dado», aseguraba junto al fuego de su casa de Sanlúcar con su hijo Martín andándole entre los pies. «La gloria implica sufrimiento y yo lo pago con gusto», asegura en descargo de la mala suerte.
Sobre la silla del hotel ya espera el traje verde esperanza que ha diseñado Antonio Cabello y que ha confeccionado Justo Algaba con bordados de laureles romanos que invocan la suerte y la victoria. Los necesita. Al margen de una parálisis facial, la mandíbula descolgada y un zumbido en un oído, la cornada le dejó un ojo con el que de momento no ve, ese que tapa con un parche y que le resta, obviamente, visión. Él le quita importancia: «Si un toro te va a agarrar, da igual que tengas un ojo o cuatro, que te coge». Ante el peso de la cita de hoy se cruzan en mensajes telefónicos algunas preguntas clave:
-¿Sabes que no tienes por qué demostrar nada más, verdad?
-Siempre me quedará un vacío enorme si no cumplo mi sueño.

Emotiva reaparición de Padilla en Olivenza: puerta grande junto a sus compañeros

El jerezano paseó dos orejas en una tarde triunfal para un torero recuperado con la profesión y, sobre todo, con la vida 

05.03.12 - 00:12 - 
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Primer toro de Juan José Padilla
La corrida de ayer por la tarde en la Ferida de Olivenzatenía un sentimiento especial que ya se olía desde hacía tiempo. En ella iba a volver a los ruedos un torero por cuya vida pocos apostaban un euro tras la gravísima cogida que tuvo allá por octubre en Zaragoza. Era Juan José Padilla. Torero curtido en mil corridas y que ya ha estado un par de veces a punto de responso.
El ambiente era diferente, el personal estaba dispuesto a ayudar, a empujar al torero en el difícil momento de volver a enfrentarse a un toro y mermado de facultades.
Nada más a parecer en la puerta de cuadrillas la ovación fue enorme. Así transcurrió el corto recorrido que una vez deshecho el orden se multiplicó hacia el torero jerezano en señal de cariño, respeto y admiración.
Las cámaras de televisión asomaron por todas partes, los reporteros gráficos de distintos medios, taurinos o no, disparaban sin cesar. Tras la atronadora ovación Padilla quiso repartirla con sus compañeros de terna: Morante yManzanares sacándolos a saludar.
Terminado el emotivo recibimiento comenzó la corrida y entonces la cosa cambió fundamentalmente por los toros deNuñez del Cuvillo, de presencia muy justa casi tanto como de comportamiento. Del encierro solamente se salvó el cuarto, los demás no acabaron de entregarse ni romper a embestir de forma aceptable. Por sus comportamientos corrida tirando a fiasco.
Padilla se hizo presente en el ruedo con terno verde esperanza.
Titubeos con el capote tuvo el jerezano en el recibo al primero al que llevó al caballo por chicuelinas. Castigaron poco al toro. Quitó por delantales y banderilleó el primer par de poder a poder, el segundo al cuarteo y el tercero al violín. Lo brindó a los cirujanos que lo atendieron el día de la grave cogida, los doctores Valcarreres y García Perla.
En la muleta tuvo poco fuelle el toro, era tardón y pronto buscó los terrenos de tablas para defenderse sin ganas de pelea. Padilla hizo un esfuerzo por sacar algo de donde nada había. Puso voluntad que era lo único que cabía. De media estocada haciéndolo todo el torero se cerró la primera faena que el sentimiento del publico premió con una oreja.
El cuarto, un castaño chorreao, salió con pies y Padilla sin pensárselo se hincó de rodillas para darle dos largas a las que engarzó verónicas. Hacía el toro el avión embistiendo. Lo llevó al caballo con chicuelinas al paso.
Ofreció las banderillas a sus compañeros de terna que aceptaron clavando los tres, tras ir al cuarteo, en todo lo alto. Los tendidos reventaban de palmas.
Este toro se lo brindó a su padre y también comenzó de rodillas la faena de muleta. Con la derecha aprovechó la fijeza del de Nuñez del Cuvillo para sacarle un par de tandas perdiendo pasos entre muletazos para luego lograr dos bajándoles la mano. Aunque sin humillar, seguió el animal la muleta en unas series en que ya los modos de manejo era muy 'en Padilla', vistosas, variadas pero de pases sueltos aunque con cierta cadencia. Tras dos pinchazos, estocada y descabello el respetable solicitó la oreja que le fue concedida.
De los lances de capa de Morante al segundo sobresalieron dos verónicas de gran cadencia, con sabor. Castigaron con exceso al toro en varas. Lo brindó a Padilla.
Comenzó con ayudados en tablas para elegir pronto el pitón derecho por el que engarzó tres muy lentos muletazos de mano baja y muleta barriendo el ruedo. Se pasó a la zurda provocando con suave toque y sacar series de mucho ritmo y corto recorrido, le faltaba uno o dos trancos en el remate del viaje al toro.
Morante le administró las fuerzas al cada vez más decadente animal. Apuntes de toreo sevillano con los molinetes y los trincherazos para cerrar las series. Acabó de media estocada y recibió una oreja.
El quinto, bizco de pitones, apretó a tablas en el capote, tiró la cara arriba, y eso gustó poco a Morante y al respetable. Le dieron de lo lindo en el caballo por ver si lo arreglaban pero se enfadó más y ponía la cara por las nubes. Morante cogió la muleta, se la enseñó al morlaco, y se acabó la función. Media estocada y el personal silbando al torero.
A Manzanares le devolvieron el tercero por descoordinación y falta de fuerzas. Salió el sobrero que embistió cabeceando, escarbó, se llevó un leve picotazo del varilarguero y se defendió en banderillas. Se llamaba 'Turulato' y como tal se comportó. También se lo brindó a Padilla.
En la muleta iba cabeceando y rematando a saltos, además de tener peligro sordo y buscar al torero. No repetía a pesar de que Manzanares lo probó en todas las distancias, alturas y terrenos en una esforzada lidia de imposible armonía. Lo mejor fue la estocada al encuentro junto a tablas. Una oreja le dieron por la voluntad.
El sexto salió con muchos pies y Manzanares no se confió con el capote. Dos veces fue el toro al caballo y lo agarró bien José A. Barroso. En banderillas excelente la brega de Curro Javier y los dos pares de Juan José Trujillo.
Fue pronto en la muleta de Manzanares el toro, que embistió a media altura. El de Alicante puso sabor en los muletazos, armonía en la composición, y empaque en los remates sobre la derecha. Por el pitón izquierdo se entregó menos el toro, iba a ritmo cansino y acabó rajándose y buscando tablas donde bajó el son de la faena, que tuvo carácter intermitente. Mal rematada con la espada. Lo aplaudieron.
Los aficionados aplaudieron al final la salida triunfal a hombros de Juan José Padilla que fue izado por sus compañeros de terna y los que presenciaron la corrida Antonio Ferrera, Miguel Abellán, 'El Juli', Javier Solís, Alejandro Talavante y Serafín Marín.
Tarde triunfal para un torero recuperado para la profesión y sobre todo para la vida.