lunes, 5 de marzo de 2012


Emotiva reaparición de Padilla en Olivenza: puerta grande junto a sus compañeros

El jerezano paseó dos orejas en una tarde triunfal para un torero recuperado con la profesión y, sobre todo, con la vida 

05.03.12 - 00:12 - 
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Primer toro de Juan José Padilla
La corrida de ayer por la tarde en la Ferida de Olivenzatenía un sentimiento especial que ya se olía desde hacía tiempo. En ella iba a volver a los ruedos un torero por cuya vida pocos apostaban un euro tras la gravísima cogida que tuvo allá por octubre en Zaragoza. Era Juan José Padilla. Torero curtido en mil corridas y que ya ha estado un par de veces a punto de responso.
El ambiente era diferente, el personal estaba dispuesto a ayudar, a empujar al torero en el difícil momento de volver a enfrentarse a un toro y mermado de facultades.
Nada más a parecer en la puerta de cuadrillas la ovación fue enorme. Así transcurrió el corto recorrido que una vez deshecho el orden se multiplicó hacia el torero jerezano en señal de cariño, respeto y admiración.
Las cámaras de televisión asomaron por todas partes, los reporteros gráficos de distintos medios, taurinos o no, disparaban sin cesar. Tras la atronadora ovación Padilla quiso repartirla con sus compañeros de terna: Morante yManzanares sacándolos a saludar.
Terminado el emotivo recibimiento comenzó la corrida y entonces la cosa cambió fundamentalmente por los toros deNuñez del Cuvillo, de presencia muy justa casi tanto como de comportamiento. Del encierro solamente se salvó el cuarto, los demás no acabaron de entregarse ni romper a embestir de forma aceptable. Por sus comportamientos corrida tirando a fiasco.
Padilla se hizo presente en el ruedo con terno verde esperanza.
Titubeos con el capote tuvo el jerezano en el recibo al primero al que llevó al caballo por chicuelinas. Castigaron poco al toro. Quitó por delantales y banderilleó el primer par de poder a poder, el segundo al cuarteo y el tercero al violín. Lo brindó a los cirujanos que lo atendieron el día de la grave cogida, los doctores Valcarreres y García Perla.
En la muleta tuvo poco fuelle el toro, era tardón y pronto buscó los terrenos de tablas para defenderse sin ganas de pelea. Padilla hizo un esfuerzo por sacar algo de donde nada había. Puso voluntad que era lo único que cabía. De media estocada haciéndolo todo el torero se cerró la primera faena que el sentimiento del publico premió con una oreja.
El cuarto, un castaño chorreao, salió con pies y Padilla sin pensárselo se hincó de rodillas para darle dos largas a las que engarzó verónicas. Hacía el toro el avión embistiendo. Lo llevó al caballo con chicuelinas al paso.
Ofreció las banderillas a sus compañeros de terna que aceptaron clavando los tres, tras ir al cuarteo, en todo lo alto. Los tendidos reventaban de palmas.
Este toro se lo brindó a su padre y también comenzó de rodillas la faena de muleta. Con la derecha aprovechó la fijeza del de Nuñez del Cuvillo para sacarle un par de tandas perdiendo pasos entre muletazos para luego lograr dos bajándoles la mano. Aunque sin humillar, seguió el animal la muleta en unas series en que ya los modos de manejo era muy 'en Padilla', vistosas, variadas pero de pases sueltos aunque con cierta cadencia. Tras dos pinchazos, estocada y descabello el respetable solicitó la oreja que le fue concedida.
De los lances de capa de Morante al segundo sobresalieron dos verónicas de gran cadencia, con sabor. Castigaron con exceso al toro en varas. Lo brindó a Padilla.
Comenzó con ayudados en tablas para elegir pronto el pitón derecho por el que engarzó tres muy lentos muletazos de mano baja y muleta barriendo el ruedo. Se pasó a la zurda provocando con suave toque y sacar series de mucho ritmo y corto recorrido, le faltaba uno o dos trancos en el remate del viaje al toro.
Morante le administró las fuerzas al cada vez más decadente animal. Apuntes de toreo sevillano con los molinetes y los trincherazos para cerrar las series. Acabó de media estocada y recibió una oreja.
El quinto, bizco de pitones, apretó a tablas en el capote, tiró la cara arriba, y eso gustó poco a Morante y al respetable. Le dieron de lo lindo en el caballo por ver si lo arreglaban pero se enfadó más y ponía la cara por las nubes. Morante cogió la muleta, se la enseñó al morlaco, y se acabó la función. Media estocada y el personal silbando al torero.
A Manzanares le devolvieron el tercero por descoordinación y falta de fuerzas. Salió el sobrero que embistió cabeceando, escarbó, se llevó un leve picotazo del varilarguero y se defendió en banderillas. Se llamaba 'Turulato' y como tal se comportó. También se lo brindó a Padilla.
En la muleta iba cabeceando y rematando a saltos, además de tener peligro sordo y buscar al torero. No repetía a pesar de que Manzanares lo probó en todas las distancias, alturas y terrenos en una esforzada lidia de imposible armonía. Lo mejor fue la estocada al encuentro junto a tablas. Una oreja le dieron por la voluntad.
El sexto salió con muchos pies y Manzanares no se confió con el capote. Dos veces fue el toro al caballo y lo agarró bien José A. Barroso. En banderillas excelente la brega de Curro Javier y los dos pares de Juan José Trujillo.
Fue pronto en la muleta de Manzanares el toro, que embistió a media altura. El de Alicante puso sabor en los muletazos, armonía en la composición, y empaque en los remates sobre la derecha. Por el pitón izquierdo se entregó menos el toro, iba a ritmo cansino y acabó rajándose y buscando tablas donde bajó el son de la faena, que tuvo carácter intermitente. Mal rematada con la espada. Lo aplaudieron.
Los aficionados aplaudieron al final la salida triunfal a hombros de Juan José Padilla que fue izado por sus compañeros de terna y los que presenciaron la corrida Antonio Ferrera, Miguel Abellán, 'El Juli', Javier Solís, Alejandro Talavante y Serafín Marín.
Tarde triunfal para un torero recuperado para la profesión y sobre todo para la vida.

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