jueves, 30 de octubre de 2014

Miguel Ángel Perera: «La postura del PSOE con los toros es un cachondeo»

Día 28/10/2014 - 09.26h

Triunfador de la temporada 2014, analiza la situación actual de la Tauromaquia y su histórica doble Puerta Grande en Madrid

Dueño y señor de la temporada, su nombre figura en el pódium de los elegidos. Miguel Ángel Perera ha cosechado los principales triunfos, con un hito en la primera feria del mundo, San Isidro, donde abrió dos tardes la Puerta Grande.
–Ha conquistado las ferias señeras. ¿Alguna pócima secreta?
–Aparte de la preparación y de vivir un momento dulce en lo personal y lo profesional, el factor suerte también influye. Quitando la voltereta de Albacete no ha habido ningún percance que me haya hecho parar el ritmo.
–¿La historia inolvidable del año?
–Madrid. Fue el punto de inflexión. Ha supuesto uno de los hitos más importantes de mi carrera. Cuajé la obra que más se acerca al toreo que sueño: despacio, reunido, profundo, de mucha conjunción. Entendí que tenía que ser el amo de la situación y disfruté como nunca mi faena al toro de Victoriano. Conseguí mostrarme como soy, pese a esa presión que a veces nos atenaza.
–¿Alguna interminable?
–Más que interminable, el peor sabor ha sido el de Zaragoza, pues no sirvió ninguno de los cuatro toros. Tuvo el final que no merecía mi temporada.
–En San Isidro aplicó la filosofía de la doble salida a hombros o nada.
–Era un momento crucial de mi temporada y casi de mi carrera. Aunque no hay que restar importancia al trabajo y a lo que uno es, se dieron todos esos factores que el hombre no domina: las cosas se pusieron para mí y supe aprovecharlas, tanto con la de Victoriano del Río como con la de Adolfo Martín.
–Logró el hito de ser el primero en desorejar a un adolfo.
–Fue muy especial. Era la primera vez que mataba una corrida de esta ganadería. Empecé viviéndola con tensión tras las tres orejas de la tarde anterior, pero el primer toro me dio moral y sitio. Cuando salió el último sentía confianza y llegó el triunfo.
–Corridas llamadas «duras» que salen «suaves» y otras «suaves» que salen «duras». ¿Cómo se explica?
–Mire, yo no creo en el toro torista ni torerista. Creo en un tipo de embestidas, y he visto toros de ganaderías catalogadas como «duras» embestir muy bien, humillando y tomando los vuelos, y otros de las llamadas «comerciales» hacer pasar un quinario a los toreros más importantes del escalafón, con una capacidad tremenda y una técnica depuradísima.
–¿El toro que más vueltas haya dado este año en su cabeza?
-Más que toro, la verdad es que en los inicios de la temporada no me encontré del todo a gusto; tenía un vacío, no era el que yo quería ser. Pero antes de San Isidro volví a coger el sitio.
De Madrid al cielo... Y de Sevilla, ¿adónde?
–El año pasado estuve muy cerquita de la Puerta del Príncipe. Es una pena que tengo. Supongo que debe de ser glorioso y maravilloso cruzarla.
–¿Algún contacto de los cinco toreros con la empresa Pagés?
–Ni con empresa ni con nadie. Mi situación es personal e intransferible.No sé qué pasará.
–¿Palmas o pitos para el G-5 (Morante, El Juli, Manzanares, Talavante y el propio Perera)?
–Fue una decisión individual, otra cosa es que cinco coincidiéramos en el pensamiento. ¿Pitos? En absoluto. No creo que el torero sea el culpable de muchos de los males que tiene la Fiesta, y más con toreros que llevamos diez años de alternativa, cuando hay empresarios que llevan generaciones manejando los hilos de algunas plazas y situaciones muy delicadas en el toreo.
–El empresario de Las Ventas, José Antonio Martínez Uranga, manifestó que las figuras ganan más que nunca pese a la crisis.
–Para hablar de dinero deberíamos hablar del de todos. Probablemente lo que pase es que haya empresarios que en otra época ganaban muchísimo más y ahora ganan menos que antes. De toda la vida ha habido toreros con un caché, otros con otro y figuras con un caché altísimo, pero si se las contrata es porque interesan. Siempre hubo figuras, no figuras y modestos. Lo fácil es echar la culpa a los toreros, mirar los errores de uno mismo cuesta mucho.
–¿Ve posibilidad de una unión entre los sectores implicados?
–Mi deseo es que sí, pero siendo objetivo es imposible.
–Pues llueven palos por todos lados...
–Repito: mi deseo es que sí. Pero desgraciadamente es imposible. Hay gente a la que no le interesa que el espectáculo esté regulado.
–¿A qué gente se refiere?
–A gente del toro.
–En el plano político, el PSOE juega con su ambigüedad y Podemos celebra su asamblea en el escenario donde quiere abolir la Fiesta. ¿Alguna lidia posible?
–La solución pasa por la unión real del sector, que nos daría la fuerza de defender la Fiesta desde arriba, desde Bruselas, a todos los niveles. Desgraciadamente, no la tenemos. Respecto a lo de Podemos, me parece bochornoso que a un partido que quiere abolir la Fiesta se le permita dar un mitin en una plaza de toros. Y que el secretario general del segundo partido más importante de este país, el PSOE, use los programas telebasura para rebañar votos baratos de cara a las próximas elecciones es un cachondeo tremendo. Bochornosa su postura.
–Han estado a punto de quitar las ayudas al ganado de lidia, lo que hubiese supuesto una ruina para el campo bravo. ¿Alguna solución?
–Afortunadamente, sí se ha logrado mantenerlas. Pero es lo de siempre: es necesaria la unión que no existe. Todo es a título individual: declaraciones de unos y otros. Cuando ya nos veamos con la soga al cuello y a punto de quitar la raspa de abajo, quizá sea cuando intentemos buscar algún tipo de solución.
–¡Vaya lección han dado a los españoles los novilleros de Colombia!
–Se han jugado la vida literalmente con coraje, por amor a la profesión y por defender la libertad de poder decir y ejercer en Bogotá. Si el mundo del toro tiene que desaparecer, que sea por muerte natural y no por prohibiciones.
–¿Se defiende la Tauromaquia en España con el plan Pentauro?
–Están desarrollando un trabajo tremendo. A mí sí me gusta lo que hacen y se lo agradezco.
–¿A qué dedica un triunfador el invierno?
–Me he tomado una semana de descanso con mi mujer, Verónica, en un viaje fuera de España. Pero ya he vuelto a la realidad, pensando en la temporada de América y tremendamente ilusionado con la de 2015. No me gusta tener parones en el invierno. No dejo de tentar ni de prepararme, porque si no luego me cuesta más coger el tacto y el tono a los trastos.
–Aparte de usted mismo, ¿quién es su mayor rival?
–Ya lo ha dicho: yo mismo. Me gusta seguir la temporada de todos los compañeros, observar cómo andan. Existe esa rivalidad que motiva, pero sobre todo te mides a ti mismo. Yo soy mi mayor competidor.
–¿Qué faena ha admirado más desde el callejón?
–Hay compañeros a los que no les gusta hablar de otros, a mí sí me gusta reconocer los méritos de otros cuando están rotundos. He visto algunas de Julián (El Juli) que han sido de chapó, con mucha frescura. Uno siente envidia sana de lo que ha expresado en la plaza y de lo que ha transmitido.
–¿Alguna sorpresa para 2015?
–No hay nada premeditado, todo surgirá en función del transcurrir de la temporada. Continuaré en mi búsqueda de la perfección.

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