domingo, 28 de abril de 2013


La fiesta volvió a la Era de los Mártires

Antonio Ferrera paseó cuatro apéndices e Iván Fandiño dos en el festejo de San Jorge con el que se pretendía recuperar a la afición de Cáceres 

28.04.13 - 00:47 - 
La fiesta volvió a la Era de los Mártires

El objetivo se cumplió. El trabajo de la empresa, los matadores, el ganadero, las asociaciones taurinas de la ciudad -especialmente la AJTE- y sobre todo de los aficionados tuvo su recompensa. Había que recuperar la plaza de toros de Cáceres y todos pusieron su granito de arena, remando en el mismo barco, para conseguir que algo más de medio coso de la 'Era de los Mártires' se llenase para disfrutar de un atractivo e interesante mano a mano entre Antonio Ferrera e Iván Fandiño. Aún queda trabajo por hacer, pero ayer se puso la primera piedra para que la ciudad recupere la buena imagen de antaño.
Los matadores se mostraron dispuestos desde el primer momento, en tarde ambiciosa y sin rehuir la pelea. No se lo pusieron fácil los ejemplares de José Luis Pereda y La Dehesilla, algunos con peligro sordo, nobles pero con fuerzas justas y algunos de ellos faltos de casta. Cuatro orejas paseó Antonio Ferrera, que llegaba a Cáceres tras haber resultado herido en la mano izquierda el jueves, mientras toreaba a puerta cerrada en la finca de Luis Algarra. El diestro extremeño no se resintió del percance, cuajó una sensacional tanda al natural al tercero de la tarde -que fue de lo más destacado de la corrida- y puso ocho pares de banderillas.
Iván Fandiño derrochó ambición y entrega y pudo haber cortado más de dos apéndices de no fallar con los aceros. Pinchó a sus tres toros. Finalmente ambos salieron a hombros en una tarde en la que lo más negativo estuvo en el tercio de varas, que como viene siendo habitual, brilló por su ausencia -en ocasiones incluso de manera descarada-.
El primero de Antonio Ferrera, 'Ganchedo' hizo amago de huir del capote del extremeño, que se impuso y lo llevó hasta el centro del ruedo a la verónica. No apretó en el tercio de varas y cobró un discreto puyazo. Dejó el torero tres pares de banderillas, sobresaliendo el segundo de ellos, recortando al toro con su sello personal.
Tras brindar al público, comenzó la faena de muleta con una tanda de trasteo en la que el morlaco ya dejó claras sus intenciones: buscar la salida como agua de mayo. Se rajó pronto el astado, pero Ferrera lo llevó siempre muy tapado para ligar los derechazos. Le enseñó a embestir a base de oficio mientras el toro no hacía más que defenderse y mostrar cierto peligro. El extremeño optó por el toreo de cercanías en la recta final de la faena y tras un desplante se fue a por la espada para dejar una estocada entera trasera. Oreja para Antonio Ferrera que tuvo que ponerlo todo, estando muy por encima de su oponente.
El segundo, 'Panduro', fue un ejemplar frío de salida al que Iván Fandiño se animó a banderillear. Gustó al respetable el torero de Orduña, especialmente en el último par, al violín. Brindó al público y comenzó la faena de muleta con el pase cambiado por la espalda, en un momento en el que el viento comenzaba a molestar en la 'Era de los Mártires'.
Perdía las manos el toro, justo de fuerzas pero noble, por lo que el diestro decidió llevarlo siempre con mucha suavidad, toreando muy despacio y dándole tiempo. El viento hizo acto de presencia y lo puso aún más complicado e incluso dio algún pequeño susto al quedar descubierto el torero, pero Fandiño tiró de garra y entrega y fue hilvanando los pases uno a uno, con profundidad.
Calidad tuvo también en el toreo al natural aunque al morlaco le faltó una pizca de transmisión. Terminó el de Orduña encajado entre los pitones pero pinchó y tuvo que usar el descabello tras una estocada entera que no resultó efectiva. Saludos tras una gran ovación después de escuchar un aviso.
Algo más de codicia en el capote que los dos primeros ejemplares mostró el tercero, 'Tejero' que cobró un leve puyazo. Invitó Antonio Ferrera a Iván Fandiño a banderillear y juntos ejecutaron un gran tercio, recortando al toro en el segundo y tercer par. El extremeño brindó la faena al artista francés 'Loren', autor de las toreografías que adornaban el coso y que se realizaron el jueves en la Plaza Mayor de Cáceres, llevando también la tauromaquia a la ciudad para fundirla con el arte contemporáneo.
Ferrera al natural
Lo más destacado de la faena al tercer toro fue el toreo al natural de Antonio Ferrera. Dos tandas en las que el tiempo pareció detenerse para contemplar la cadencia de la muleta del extremeño. Con la mano baja, compuesta y encajada la figura, el diestro fue ligando los pases con la zurda al morlaco, que se había rajado pronto y andaba ya pegado a las tablas a esa altura de la faena.
Tras un desplante de rodillas dejó una estocada trasera tras un pinchazo, pues el animal no colaboró y tuvo que ponerlo todo el diestro para ejecutar la suerte suprema. Paseó una oreja y el animal escuchó leves palmas al arrastre. El extremeño se aseguraba ya la puerta grande.
Con una larga cambiada de rodillas en el tercio recibía al cuarto de la tarde Iván Fandiño, que lo llevaba después hasta el centro del ruedo a la verónica, rematando con una media. A 'Corchero' no le quiso poner banderillas y el público protestó. El toro, noble, embestía bien por el pitón izquierdo y tenía algo más de casta que el resto del encierro que José Luis Pereda envió a Cáceres, por lo que hubo una mayor conexión con los tendidos. Fandiño le echaba la muleta al hocico para provocar la embestida y alargando el muletazo logró tandas de gran calidad. Sin embargo, no tuvo suerte el de Orduña con la espada y volvió a pinchar, pero dejó después una estocada entera que resultó efectiva y paseó una oreja. El astado escuchó palmas en el arrastre.
'Paleto' se llamaba el último toro de la tarde para Antonio Ferrera, un animal enrazado que a veces resultó un tanto complicado pero al que paró para templar y mandar el diestro extremeño. Verónicas de recibo y tras un discreto puyazo, el sobresaliente Fernández Pineda hizo un quite por verónicas.
Ferrera colocó en suerte al toro con el capote en el tercio de banderillas y dejó tres pares, el tercero al violín. Tras brindar a una joven aficionada, Magdalena, comenzó la faena de muleta. El astado embestía con brusquedad pero no se rajaba, al contrario, tuvo raza y transmisión. El de Villafranco del Guadiana lo lidió por ambos pitones siempre cruzándose y sin torear al hilo del pitón, dando ventaja siempre al animal adelantando la pierna.
Tuvo cierto peligro el astado pero el diestro cuajó una gran faena que fue premiada con dos orejas tras media estocada trasera pero que resultó efectiva. Antonio Ferrera sumaba un total de cuatro apéndices en su esportón y demostraba su buen hacer en los tres tercios y sus ganas de triunfo y ambición.
Iván Fandiño salió a por todas en el que cerró plaza y cuajó una extraordinaria faena, muy entregado desde el recibo capotero, por delantales. Cobró un leve puyazo y Fernández Pineda hizo esta vez un quite por chicuelinas. Tras tres pares de banderillas, comenzó la faena de muleta. El animal repetía y humillaba pero perdía las manos, le planteó una faena inteligente, dando tiempo al astado entre las tandas pero sin dejar de atacar hasta que amenazó con irse a las tablas.
Junto a ellas el de Orduña respondió con tandas ajustadas por ambos pitones terminando encajado entre ellos y demostrando estar muy por encima del astado. Pinchó nuevamente Fandiño pero dejó una estocada entera algo trasera y fue premiado con una oreja. Sumaba dos por lo que acompañó a Ferrera a hombros dejando la sensación entre los aficionados de que la fiesta por fin había regresado a Cáceres. Ojalá se mantenga en San Fernando.

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