lunes, 4 de noviembre de 2013

El temple, la entrega y el arte, en la México

Día 04/11/2013 - 16.21h

Zotoluco, Morante y Diego Silveti, en la segunda de la Temporada Grande

Aunque el sevillano quedó a deber esa faena que esperaban los aficionados que fueron en gran número a verle, se conformaron con algunas migajas que regaló en el quinto de la tarde al que lanceó con esa particularidad tan especial que tiene de manejar su capote.
Luego, con la muleta, el de la Puebla del Río, hizo un esfuerzo mayor al que acostumbra cuando no le salen toros a modo para poder lucir.
Muletazos con figura erguida y mano baja que fueron un deleite, sin embargo cuando un torero como Morante es capaz de derramar tanto arte, cuando no se prodiga en ello, sus faenas son imperceptibles. El arte no tiene medida, cierto, pero de Morante siempre se quiere más.
Exigir, como lo hizo José Antonio, un encierro sin tantas dimensiones, «bonito» como su toreo, perjudicó por un lado a sus alternantes:Eulalio López «Zotoluco», la primera figura mexicana, y Diego Silveti, el joven triunfador, a quienes les devolvieron un toro a cada uno por su escaso trapio.
La ganadería de Julián Hamdan se ha convertido en una buena vacada, pero muy complaciente con la crianza de sus astados a grado que el público llega predipuesto a la plaza por el tamaño de los animales y pitan todos, hasta los que tienen trapío.
Ojalá todos, sobre todo los toreros españoles, se den cuenta que en la época actual, los aficionados tienen al alcance de su mano, fotografías y testimonios de lo que allá lidian incluso en festivales y que, a veces, no se parece siquiera a lo que quieren venir a torear acá.
Menos mal que «Zotoluco» había abierto la tarde con una tersa y bella faena, llena de temple y profundidad. La madurez y el gusto de Eulalio por torear es cada vez más patente. La estocada fue perfecta y de suya valía una oreja que al final el juez concedió sin hacer caso a la petición de dos que el público le hizo.
Y para cerrar la tarde, Diego Silveti se puso cerca, muy cerca de los pitones del astifino sexto. Fue el hijo del recordado David Silveti, capaz de cambiar el ambiente, de que al público le importara poco la lluvia que caía, con tal de verle darse ese arrimón y pasarse una y otra vez los pitones por las ingles y el pecho.
Pinchó y el gozo se fue al pozo.
La expectación máxima para ver a Jualián López "El Juli" reaparecer en la monumental , al lado del indiscutible triunfador de Las Ventas, Joselito Adame, el próximo domingo es máxima, y no es para menos.

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