domingo, 23 de diciembre de 2012


La valentía para cambiar el oro por la plata

Puede parecer una decisión sencilla pero no lo es. Hacerse banderillero implica mucho más que cambiar el oro por la plata en el bordado del traje. Significa dar por finalizada una etapa de la vida en la que se aspira y se sueña con tomar la alternativa y convertirse en matador de toros. Supone renunciar al protagonismo en una plaza, a convertirse en secundario y dejar de sentir al animal rozando la taleguilla tras una tanda al natural. Pero como bien saben Manuel Larios y Jesús Díez 'El Fini' es también recuperar la ilusión, seguir vinculado a la fiesta y sentirse torero.
Ellos dos pasaron por ese trance. Dejaron sus carreras como novilleros con picadores para hacerse banderilleros en 2011, una decisión que analizan como acertada y de la que no se arrepienten. Suman tardes, han pisado plazas importantes y no se han desvinculado de su profesión. Por ello fueron los invitados a la última de las tertulias del año en Badajoz, la organizada la noche del pasado jueves en el Club Taurino Extremeño.
'El Fini' explicó que debutó con picadores en 2008 y desde entonces apenas toreó una tarde por temporada. En 2011 hizo el paseíllo en Olivenza pero las cosas no salieron como esperaba y se planteó si merecía la pena tanto esfuerzo y sacrificio. «Pensé en hacerme banderillero. Apunté lo positivo y lo negativo de cada opción y tomé una decisión de la que me alegro», puntualizó. No obstante, tardó en decidirse porque significaba renunciar al que había sido su sueño desde pequeño. «Pero me di cuenta de que prefería ser cabeza de ratón que cola de león», afirmó el pacense.
Por su parte Manuel Larios resultó triunfador del Ciclo Ocho Naciones de Madrid en 2010 y por ello fue premiado con una novillada en San Isidro en la plaza de Las Ventas al año siguiente. «Reconozco que ese día no me jugué la vida como tenía que haberlo hecho y supe que si no lo había hecho como novillero no lo haría en el futuro como matador», indicó el pacense, con raíces en Higuera de Vargas. Jamás pensó ser torero de plata pero tomó esta vía al darse cuenta de que ya no habría más oportunidades como novillero con picadores.
Llegaba el momento para ambos de cambiar el 'chip' y de asumir su nuevo rol en la plaza. «Siempre que me he vestido de torero he disfrutado. Ahora no tanto como con la muleta, pero he encontrado la felicidad que es lo que busco», sentenció Manuel Larios, que debutó el 15 de agosto de 2011 en Almendralejo, acompañando al novillero Tomás Angulo.
En el caso de 'El Fini', su primera tarde como banderillero llegó en Cabeza la Vaca, el 9 de mayo de 2011. Ese primer año fue una toma de contacto con la profesión y esta ha sido la primera temporada completa para ambos. En 2012, Larios se queda con las tardes de Sevilla, Madrid, Pamplona y Arnedo, además de las veces que ha pisado plazas francesas.
«Para mí fue muy especial acompañar a Javier Solís en Badajoz en 2011 y también este año a Antonio Ferrera con los seis toros de Victorino Martín, sin olvidar cuando me llamó Alejandro Talavante para que fuese con él en Murcia», resaltó Jesús Díez. De hecho, en la tarde junto a Solís en el coso de Pardaleras, a 'El Fini' le otorgaron el premio al mejor par del Club Taurino Extremeño, algo que le dio mucha fuerza en el inicio de su trayectoria y fue una recompensa.
Ninguno de los dos está fijo en una cuadrilla sino que acompañan a matadores y novilleros cuando así se lo piden. Manuel Larios suele ir junto a Gonzalo Caballero y Tomás Campos mientras que 'El Fini' suele torear con Javier Solís y Chechu. Ambos suelen ir con la Escuela Taurina de Badajoz, entidad a la que hasta hace poco pertenecieron como alumnos y a la que agradecen el apoyo en sus inicios.
Los jóvenes toreros de plata aprendieron a poner los palos en la Escuela, de hecho 'El Fini' era un novillero banderillero por lo que le ha costado poco adaptarse al cambio. «Cómo coger el capote para bregar fue más complicado», señaló tras recordar que siempre contó con la ayuda de Javier Ambel.
«Yo me fijo en los banderilleros para tratar de captar lo mejor de cada uno de ellos, especialmente en José Antonio Carretero y Juan José Trujillo», aseveró Manuel Larios que reconoció admirar también a Vicente Yestera.

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