sábado, 13 de julio de 2013

La corrida de El Pilar no llevó la emoción al ruedo de Pamplona

Día 12/07/2013 - 22.43h

El Juli y Jiménez Fortes cortan una oreja frente a toros con poca casta y fuerza

Los toros del Pilar, tan terribles en el encierro, han mostrado en el ruedo tan poca fuerza y casta que el espectáculo ha sido anodino, aunque se hayan cortado trofeos. Todo se hunde cuando falla el toro.
La corrida de El Pilar no llevó la emoción al ruedo de Pamplona
EFE
Juan José Padilla
Juan José Padilla, muy querido en Pamplona, recibe rodilla en tierra al primero; quita por chicuelinas; dirige la lidia; clava los palos desiguales. En la muleta, el toro sorprende, va a peor, prueba, no se entrega. No cabe faena lucida: estocada eficaz y ovación. Al cuarto, colorado, lo recibe con una larga de rodillas. Empuja de lado en el caballo, flojea mucho. Renuncia acertadamente el matador a poner los palos. El toro embiste andando. Juan José mezcla muletazos clásicos con lógicas concesiones a la galería, rodillazos y desplantes. Logra una buena estocada pero el toro tarda mucho en caer y pierde el trofeo que querían darle.
La corrida de El Pilar no llevó la emoción al ruedo de Pamplona
EFE
El Juli
Actúa por segunda vez El Juli. A su primero, apenas lo pican, pero pierde las manos. En la muleta, queda corto, se viene abajo: ¡una pena! Un diestro tan poderoso necesita más toro. Mata con su peculiar estilo. ¡Y le piden y le dan la oreja! Algo sorprendente, porque apenas ha habido faena. Quiero mucho a este público pero no se pueden devaluar así los trofeos. Cuidan al quinto, tan corto de embestida como sus hermanos. El Juli le arranca muletazos, con mando y profesionalidad, aunque el toro protesta: sacar agua de un pozo seco, decían los clásicos. Mata a la segunda.

Valor, valor y valor

Ha apostado fuerte en Pamplona el joven Jiménez Fortes: dos tardes; la segunda, con Miuras. Los cinéfilos suelen decir que hay tres grandes directores: John Ford, John Ford y John Ford. Los taurinos afirman que un diestro necesita tres cualidades: valor, valor y valor. Indudablemente, Saúl tiene las tres. Pero ya advertía Belmonte que, a atributos, gana siempre el toro... Hace falta cabeza.
El tercero, colorado, justo de presentación, blandea, tiene tendencia a tablas. Tampoco lo pican. También rueda por la arena. El toro, sin casta ni fuerza, tiene mucha bondad: pero yo deseo ver toros bravos, no discípulos de Teresa de Calcuta... Embiste como el carretón. El diestro está a gusto, claro. La emoción es imposible. Para que el público entre en la faena, ha de recurrir a circulares de rodillas. Media estocada y otra oreja: ¿eso es lo que quiere la gente?... Castigan poco al sexto, mal lidiado: es el que esta mañana se rezagó, con tanto peligro. En el ruedo, se queda corto, no humilla. Jiménez Fortes, muy quieto, intercala muletazos cambiados pero el toro no vale nada. Mata sin cruzar: también debería corregirlo.

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