domingo, 17 de marzo de 2013


Tres orejas en un espectáculo light en Valencia

Día 16/03/2013 - 22.32h

Castella, Manzanares y Talavante logran un trofeo con una corrida de Garcigrande apta para un triunfo mayor

Llegan las figuras... pero alguno llega tarde. (La corrida se retrasa quince minutos: un feo detalle). Llena la plaza un público festero,. Los toros de Garcigrande muestran por qué los prefieren las figuras: cinco «dijes», con cierta casta y fuerzas justas; no necesitan ser picados, humillan, embisten largo, crean pocos problemas. Hasta su punto de mansedumbre, que lleva a algunos a rajarse, al final de las faenas, permite a los diestros estar más cómodos. Si esto es así, ¿cómo estos tres no les han cortado más orejas? ¡Misterio profundo! Para toreros de este nivel, todo parece un examen demasiado fácil, poco emocionante.
Castella le toca el mejor lote: el primero, sin picar, repite, le deja estar a gusto desde el comienzo. El toro se viene arriba, va a más; el diestro, a menos. Tarda en matar. El cuarto, suelto, huido, va largo, humilla, obecede los engaños perfectamente. La faena tiene más oficio que inspiración, más cantidad que calidad. Recibe un aviso antes de entrar a matar pero corta una oreja.
En el segundo, se luce Trujillo con los palos. Por flojo, resulta algo rebrincado, tropieza la muleta. Sólo al final de la faena consigueManzanares engancharlo en una buena serie. Falla al citar a recibir y reiteradamente con el descabello. El quinto, más alto, es menos claro. Al doblarlo por bajo, entrampilla a Manzanares. Lo empapa en la muleta, saca el toro su buen fondo y surgen naturales, lo más lucido de la tarde. Pincha caído en la suerte de recibir e insiste en ella: oreja.
El tercero hace honor a su nombre, «Extraordinario», para el torero.Talavante hace el poste en gaoneras y ayudados por alto, lo conduce fácilmente en derechazos, intercala cambios, hasta que el toro se raja. Estocada, en el centro del ruedo: oreja. El sexto, ensillado, arrastra una pata. Lo sustituye un sobrero de Cuvillo, cinqueño, que levanta el caballo de Tulio Salguero, ovacionado. Acude a la muleta pronto pero rebrincado y Talavante no se acopla.

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