domingo, 2 de junio de 2013

Entretenida tarde de rejones en Cáceres

Leonardo Hernández y Francisco Palha salen a hombros tras pasear dos y tres orejas respectivamente, mientras Andy Cartagena corta un apéndice 

02.06.13 - 00:33 - 
Entretenida tarde de rejones la que se vivió ayer en la plaza de toros de Cáceres, que daba inicio a una Feria de San Fernando que finalizará hoy con una corrida de toros. Los tres rejoneadores, cada uno fiel a su estilo, interpretaron su concepto del toreo a caballo ante un público entregado que no llegaba a completar la media entrada. No obstante, aumentó el número de espectadores con respecto al año anterior. Poco a poco.
No pusieron mucho por animar al espectador los toros. Hubo algunos buenos, manejables y colaboradores, que permitieron el lucimiento de los rejoneadores. Sin embargo, tres de ellos -uno en el lote de cada torero- se mostraron flojos, mansos, desrazados y dos fueron pitados al arrastre. Pese a ello se cortaron un total de seis orejas, algunas más generosas que otras, y tanto Leonardo Hernández como el portugués Francisco Palha abandonaron el coso a hombros.
Compartía terna con ellos Andy Cartagena, encargado de abrir plaza, ante un toro de 465 kilos y herrado con el número 86. Ese toro fue devuelto, aunque para sacarlo de la plaza fue necesaria casi media hora desde que el presidente sacara el pañuelo verde. El astado perdía las manos y parecía flojo y manso de solemnidad pero aparentemente no tenía ningún defecto físico más allá de su escasez de fuerza. Buscó la salida desde que pisó el ruedo y el público comenzó a protestar hasta que decidieron que el ejemplar no iba a lidiarse.
Por dos veces salieron los cabestros a por él sin conseguir sacarlo de allí y después de que los toreros de plata probaran suerte intentando descabellar desde el burladero, lograron acabar con su vida. Pasaban las siete de la tarde cuando salió el segundo, de 520 kilos y con el número 118. Frío de salida, Andy Cartagena dejó dos rejones de castigo obligando al morlaco a humillar con la bandera del mismo, pero el animal parecía más interesado en buscar la salida.
No se mostró muy colaborador el toro, por lo que Andy Cartagena tuvo que hacerlo todo y llegarle mucho, exponiendo y pisando sus terrenos para dar algo de emoción a una faena un tanto tediosa por las condiciones de su oponente. Con el morlaco muy parado, el rejoneador alicantino fue poniendo las banderillas al estribo y a la grupa adornándose mucho. Interesantes fueron las dos al violín y las tres cortas.
No tuvo suerte con el rejón de castigo y su labor fue silenciada. El toro escuchó leves pitos al arrastre.
Andy Cartagena no quería dejar mal sabor de boca entre la afición cacereña, por lo que salió a por todas en su segundo. Sin la ayuda de su cuadrilla a la hora de colocar el toro, fue encelándolo con el rejón de castigo hasta pararlo. Tiró de todo su repertorio de adornos, especialmente de la jambette, el paso de costado o el paso atrás para citar al toro antes de dejar las banderillas en buen sitio. El animal se quedó parado en el centro del ruedo mientras el rejoneador ejecutaba la suerte conectando mucho con los tendidos.
Pidió la música para poner tres cortas al violín y dejó patente la buena doma de su cuadra. Por desgracia más que su concepto del toreo a caballo. Dejó un último par a dos manos pero se atascó con el rejón de muerte. Dobló el animal tras un pinchazo hondo y el público le premió con una oreja.
Con dos apéndices fue premiado el extremeño Leonardo Hernández tras la faena a su primero. Un toro al que supo entender muy bien desde el primer momento, dejando claro que, aunque su cuadra 'titular' se encuentra en México por problemas burocráticos, la 'cantera' de equinos del rejoneador nada tiene que envidiarle a sus caballos estrella.
Paró muy bien al primero de su lote, un ejemplar que resultó noble y colaborador. Fiel a su concepto clásico y puro, Leonardo Hernández brilló en los quiebros apurando las embestidas y haciendo verdadero toreo a caballo, y también banderilleando de frente. Muy aplaudido fue el par a dos manos y las cortas al violín, adornándose con una rosa llegando mucho hasta su oponente. Dejó en buen sitio el rejón de muerte y resultó efectivo por lo que pronto afloraron los pañuelos en los tendidos y tras ellos los dos apéndices.
Sin embargo, no tuvo suerte con el segundo de si lote, que colaboró poco y pronto dio signos de mansedumbre. Pronto se dio cuenta Leonardo Hernández de que tendría que ponerlo él en esa faena, por lo que citaba desde lejos, atacando mucho al morlaco, en sus terrenos, exponiendo. Al sesgo fue clavando las banderillas para tratar de llevarlo a los medios. Se echó en dos ocasiones el animal y el extremeño decidió dejar dos banderillas cortas antes de ir a por el rejón de muerte. Labor muy deslucida por las malas condiciones del astado, al que despidieron con pitos. Ovación para el rejoneador.
Tres trofeos
Atendiendo a una cuestión meramente numérica, Francisco Palha, con tres orejas, fue el triunfador de la tarde. El portugués demostró sus buenas formas y gustó mucho al respetable. Expuso mucho ante su primero, el de mejor nota del encierro, quebrando mucho en banderillas, de frente y encelándolo antes de clavar. La emoción aumentaba en los tendidos, aunque el astado fue perdiendo fuelle y quedó aculado en tablas tras un certero rejón de muerte. Fue premiado con una oreja.
Excesivas fueron las dos que paseó del segundo, cuya faena había brindado a sus compañeros de cartel. Frío en la salida, el astado escarbaba y se movía poco haciendo que el rejoneador llegase hasta él para clavar banderillas en sus terrenos. Adornándose con el piafé y la jambette fue dejando los palos y tras dos cortas y un rejón de muerte trasero fue premiado con dos orejas, quizás excesivas si se compara esa faena con la del primero de Leonardo Hernández.
Ambos salieron a hombros por la puerta grande de la 'Era de los Mártires' que esta tarde, a las seis y media, abrirá sus puertas para que hagan el paseíllo los matadores Juan Mora, Juan José Padilla y Daniel Luque ante astados de la ganadería de José Luis Marca.

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