jueves, 20 de junio de 2013


Las mejores frases de Juncal: ¡tomen nota!

Día 18/06/2013 - 18.47h

Se cumplen 25 años del rodaje de la serie más torera de la televisión

Se cumplen 25 años del rodaje de «Juncal», la mítica serie que enganchó a taurinos y no taurinos. En las bodas de plata de estos capítulos protagonizados por Paco Rabal, «más artista que Belmonte, más valiente que Espartero», rememoramos algunas de la frases más celebres de un torero que coqueteaba cada mañana con la Maestranza -«¡Buenos días, mi reina! ¿Has dormido bien? Y yo que me alegro»- y con todo lo que llevase faldas.
Rabal y Juncal eran uno solo en las escenas más toreras de la televisión. Así se presentó en la pantalla: «Soy José Álvarez, Juncal,matador de toros, natural de Carmona y enrazado con Mazarrón, provincia de Murcia».
Jaime de Armiñánbordó una serie que contenía un brindis íntimo aAntonio Bienvenida, «hermano, maestro y gran torero». Armiñán se rodeó de primeros espadas, desde el gran Rabal a Fernando Fernán Gómez. Personaje esencial El Brujo, «Búfalo» en el cartel, el limpiabotas confidente de Juncal. Lola Flores, Emma Penella y Luis Miguel Calvo fueron otros de los irrepetibles personajes.
Un cuarto de siglo después, la España de la torería aún recuerda pasajes de Juncal, el torero que se emocionaba al compás de «El gato montés». En ABC.es seleccionamos diez, que bien podrían ser cien. Cada palabra de Rabal, una joya; cada frase de Juncal, una perla. Algunas chocarán, otras generarán polémica y no todos las entenderán. Frases de ayer y de hoy. ¡Tomen nota!

1. Las prisas

-Las prisas para los delincuentes y los malos toreros.
-¿Cómo se te pueden olvidar unas bragas? Las prisas que son muy malas...

2. El miedo

-A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y al miedo se le dice miedo, pero no miedo a la responsabilidad, al fracaso o al público, que es lo que nos inventamos los toreros. No, miedo al de las patas negras, al que te quita los pies del suelo, a todos nos ha pasado, maestro, y el que diga otra cosa miente.
-Yo tenía un amigo periodista que, además de maricón, tenía muy mala leche. Me enseñó todas las palabras que quieren decir miedo, así te acostumbras y las espantas, porque lo conocido no asusta. Tantas veces me las repitió el rollo que terminé por aprendérmelo de memoria: temor, recelo, rescoldo, aprehensión, cuidado, sospecha, desconfianza, cerote, medrana, pánico, cangui, canguelo, julepejindama, pavor, mieditis, espanto, terror, susto, horror y repullo.

3. La muerte

-Cuando sale el de las patas negras solo tienes oficio, técnina, instinto de conservación y arte. Y te vuelves loco. Desde Pedro Romero hasta Machaco han sentido lo tú sientes ahora.
-La muerte está al servicio de los torerospara darle inmortalidad y gloria como los dioses de Roma.
-Ese era el toro (Lobero) que me tenía que haber matado, porque un torero tiene que morir en la plaza, y no quedarse lisiado y pobre como yo.
-Cuando se acerque el aniversario de lo que tú ya sabes Búfalo, no me lleves flores: llévame el programa oficial de la Feria de Abril.

4. Las mujeres

-José Álvarez Juncal nunca ha retrocedido ni ante un miura ni ante una mujer por muy peligrosa que sea.
-Las mujeres siempre se meten de parte de las mujeres, sin saber de la misa la media, y sin saber que nosotros, por razones físicas, tenemos derechos sobre las becerras de las ganaderías, y no vaya usted a sentirse aludida con eso de los derechos de las becerras.
-¡Eso son andares, lo demás es joder el suelo!
-¿De todas las mujeres que has tenido a cuál has querido más? ¡A mi madre!

5. El arte

Ante la frase de «los toreros me parecen, además de ridículos, asesinos», Juncal responde: «El mundo entero está rendido a sus pies. Todo gira en el mundo alrededor de los toros. Los músicos existen para inventar pasodobles toreros, los poetas para cantar a los toreros, los médicospara curar a los toreros, los arquitectos para construir plazas de toros, los pintores para pintar toreros y las mujeres para querer a los toreros».

6. Tipos de toreros

Mira, hay dos tipos de toreros: los de arte y los de bragueta. Los de bragueta, a cobrar; los de arte, a acompañar.
-Y tú tienes que ser torero de bragueta y artista, y acabar con el mundo.
-Para ser torero hay que respetar al toro. Respetarlo como a un académico.
-¡Tú no eres un torero: tú eres un taurino!

7. Las Ventas

Con este viento no se puede torear. Esto es una encerrona Búfalo: ¡si estos toros no han embestido nunca! ¿Estás viendo cómo echa la cara arriba? No miro más...

8. El fumeque y el dinero

-Este billete aunque me muera de hambre no lo gasto por nada del mundo y está cajetilla aunque muera de ganas de fumar se va al Museo Taurino.
-Me he pasado la vida con un paquete de negro y mil pesetas al día. Y ahora todo el mundo me da dinero.

9. Búfalo y su faena a Bocanegra

-Búfalo, he tomado una decisión heroica: me voy a poner a trabajar.
-Quien tiene un amigo, no sabe lo que tiene.
-¿Me puedes limpiar los zapatos? Es que me tienes que fiar...
-Con los zapatos limpios, parece que ha salido el sol.
-Voy a escribir mis memorias. Tú sales, Búfalo, sí, tú. Cuéntame lo delPuerto de San María para refrescar la memoria. «Yo tenía siete añitos -al habla Búfalo- cuando me llevó mi padre por primera vez a los toros, y toreaba un torero muy grande, José Álvarez Juncal». ¿Y cómo iba yo vestido, Búfalo de mi alma? «De nazareno y oro» De luto, por la muerte de mi madre, que en paz descanse. Cuando tocaron a matar en el quinto toro (Bocanegra), ... José Álvarez con la muleta plegada en la mano izquierda y el estoque en la derecha, llamó al toro y el pegó el pase cambiado más bonito que está en los escritos... Aquella plaza parecía un manicomio. Y mi padre me decía: niño a ver si te enteras de lo que estás viendo, que no lo vas a volver a ver en tu vida. Más despacio que el paso del Cachorro entró a matar». ¿A que es bonita la muerte de un toro bravo?

10. La teoría de la reencarnación

¿Búfalo, tú crees en la teoría de la reencarnación? Dice que cuando uno se muere, no se muere, o sea que vuelve al mundo en el cuerpo de otro o de un animal. Por ejemplo, tú vuelves al mundo de obispo de Lucena. «No me veo yo de obispo. ¿Y usted qué sería? Matador de toros. Mil veces que naciera. ¿Y tú? «Su mozo de espadas». Eso quería oír yo.

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