lunes, 5 de noviembre de 2012


«Me asusté cuando en Salamanca me dijeron que podía perder la pierna»

Nada más entrar, Miguel Ángel Silva (Zafra, 1994) recibe al equipo de HOY con una amplia sonrisa. Sin duda, es la prueba de que su recuperación va viento en popa. Se encuentra físicamente bien y animado porque su recuperación está siendo buena. Antes del mes inicialmente previsto le retiraron los puntos de sutura y ha comenzado la rehabilitación. Los ánimos que le han trasmitido todos los profesionales del toreo, ganaderos, compañeros, aficionados y amigos le están ayudando a sobrellevar las horas de inactividad por el reposo.
Esta semana se ha cumplido un mes desde que un novillo de Adolfo Rodríguez Montesinos le propinase una grave cornada en Hoyo de Pinares (Ávila) el pasado 1 de octubre. Al entrar a matar, el astado hizo un extraño y le corneó en el muslo, manteniéndolo suspendido en el aire. La res le destrozó el paquete vascular, arrancándole la femoral y dejándole una cornada extensa de dos trayectorias de 20 y 30 centímetros.
Una primera intervención en la UVI móvil de la plaza de toros y una segunda en el Hospital Clínico de Salamanca fueron cruciales para que se obrase el milagro y el novillero sin picadores Miguel Ángel Silva pueda ponerse de pie para saludarnos. «Cada noche, cuando me acuesto, siento que doy un paso más hacia la meta que me propuse desde que me pasó esto, que no es otra que recuperarme cuanto antes», explica el joven segedano.
Los médicos aún no han fijado fecha pero todos coinciden en que todo va sobre ruedas. Pronto, la cornada de Hoyo de Pinares quedará tan solo como un recuerdo, como una marca más, como uno de los trámites que parecen necesarios para todos aquellos que tiñen sus sueños de oro, albero y triunfo.
-¿Qué recuerda del día de la cornada? Llevaba ya un par de jornadas en Hoyo de Pinares ¿no?
-La acogida en el pueblo fue muy buena. El certamen se había truncado un poco por las inclemencias del tiempo, se había aplazado nuestra novillada hasta el lunes. Antes había que decidir un novillero que torease un festival y el empresario me puso a mí. El festival fue bastante bien, corté las dos orejas, salí a hombros con el maestro Robleño. Era el primero que toreaba con matadores de toros. La corrida embistió y pude disfrutar, pero el destino quería que el lunes fuese la novillada y el maestro Ferrera estuviese allí.
-Antonio Ferrera acompañaba a José Garrido, con él compartía cartel ese día...
-Llevaba puestas muchas ilusiones, porque era de las últimas fechas de la temporada. Era un aliciente que fuese mano a mano con José, que ha echado una temporada tremenda. Los dos estamos compitiendo mucho, estamos a la cabeza de la Escuela Taurina de Badajoz. Al novillo posiblemente le podía haber cortado dos orejas. Pinché una vez y pensé que quizás todavía me podían pedir una oreja. Me decidí a tirarme muy derecho sabiendo que el novillo me podía hacer el extraño que me hizo y no me dejó pasar. Tuve mala suerte... Lo que recuerdo y con lo que me quedo es con las sensaciones del festival, que corté dos orejas, que me dieron la enhorabuena los tres matadores de toros con los que compartí cartel y bueno, lo de la cornada... Lo dejaremos como una anécdota y ya está.
-¿Qué le pareció Hoyo de Pinares y su afición?
-Cuando vamos a los pueblos no tenemos mucho tiempo para verlos, nos quedamos en el hotel y casi ni salimos de allí. La afición bien, aunque un poco estrictos para ser un certamen de novilleros sin caballos. El día del festival, con Javier Castaño se pasaron una barbaridad, porque le tocó un novillo que fue una prenda y el hombre, a base de ponerse le robó muletazos, pero no se podía poner de la misma forma que si fuese un novillo extraordinario. Hubo un sector que lo criticó, que fue el mismo que luego, el día de la novillada por la mañana, al verla tan seria Ferrera, 'El Tato' y mi apoderado, quisieron arreglarla, pero se negaron. Creo que ese sector tan duro tuvo mucho que ver en que se lidiase esa novillada y pasase este percance.
-¿Supo desde el primer momento que era una cornada grave? ¿Qué recuerda de lo sucedido?
-Recuerdo perfectamente lo que sucedió. Por eso no he querido ver ningún vídeo. Me levanté del suelo y vi que esto -señala su muslo derecho- sangraba una barbaridad. En medio minuto me llegaba la sangre casi al pie, pero no pensé en un percance de esa gravedad. Pensé que me coserían y podría matar al segundo novillo. Estaba bien, consciente y me puse de pie.
-Antonio Ferrera le introdujo la mano en la herida para tratar de frenar la hemorragia y llegó al quirófano móvil...
-Llegué al quirófano móvil y el maestro Ferrera se mostró muy cariñoso conmigo, me decía que no pasaba nada, que había estado hecho un tío, que tenía que seguir igual, que así se hacen los toreros... Unas palabras que a mí me servían para tranquilizarme aunque tampoco me puse muy nervioso, quizás por la inocencia de desconocer el alcance de la gravedad del percance. Después empecé a ver las caras de la gente más allegada, vi que estaban llorando y bastante nerviosos. Rápidamente me pusieron la anestesia yo no me acuerdo de nada más hasta que llegamos al hospital de Ávila. Me tomaron el pulso de la pierna, que estaba cada vez más morada. Nunca había visto una pierna así, estaba helada, no me circulaba la sangre. Al llegar a Salamanca ya supe que era grave porque me dijeron, aunque estaba aún bajo los efectos de la anestesia, que era muy posible que perdiese la pierna en la operación. Ahí sí que me asusté.
-Los que pasaron estos momentos con usted destacan su valentía en un momento así para tener tan solo 18 años de edad
-Cuando he hablado por teléfono con el maestro Ferrera me lo ha comentado. Dice que no se imaginaba que en ese momento tan dramático, en el que había perdido tanta sangre y todo el mundo estaba tan alborotado, yo estuviese tan sereno. Lo primero que le dije a mi apoderado es que tranquilizase a mis padres y que les dijese que era un puntazo y que iba a poder seguir toreando. No quise que supieran la verdad porque tenían que viajar. Cuando ya llegamos a Salamanca, me asustaron las palabras del médico, porque me dijeron que podía perder la pierna con 18 años y toda una vida por delante, me quedé helado. A mí el mundo del toro me está enseñando que tienes que ser una persona muy madura a pesar de tu edad y que te tienes que hacer hombre muy pronto. Lo tengo siempre en la cabeza para que, ante situaciones como esta, pueda demostrar entereza y tranquilidad.
-Es una persona muy creyente. ¿Se encomendó a Dios?
-Cuando estaba en la plaza y pasó todo no me dio tiempo. Pero lo primero que hice cuando empecé a ver jeringuillas para las vías y el material de quirófano, fue pedirle a Dios que me echase una mano sin saber la gravedad de la cornada, sobre todo para que la operación saliese bien y para que yo pudiese seguir con mi vida. Una vez ha pasado todo yo creo que ha formado parte de un milagro porque el estar vivo, con mi pierna entera, ya dando mis primeros pasos... Si algunos días uno duda de su fe, estos hechos hacen que te aferres mucho más a ella y que des gracias a Dios todos los días.
-Es importante recordar que había una UVI móvil en la plaza, algo que fue fundamental. Es importante que algunos empresarios y Ayuntamientos tengan en cuenta la necesidad de contar con estos medios en cualquier festejo.
-Fue vital. No quiero pensar que hubiese pasado si en esos instantes no me hubiesen podido operar para cortarme la hemorragia y para reconstruir el paquete vascular. Si no hay un quirófano móvil, y me tienen que destinar a Ávila, después de Ávila me dicen que no hay cardiovascular y que tengo que ir hasta Salamanca. Posiblemente no lo estaría contando ahora. Con la femoral arrancada, según me han explicado los médicos, tarda una persona diez o quince minutos en desangrarse si no se corta la hemorragia a tiempo. Eso me hace estar agradecido a Dios, que en ese instante no estaba destinado para mí irme, porque aún tengo que escribir mucho con mi muleta. Espero que esto sirva para que no falte esa atención sanitaria porque esta es una profesión en la que, en una novillada sin caballos, te puedes jugar la vida y te puedes debatir en minutos entre la vida y la muerte.
-Todo el toreo se volcó desde el primer momento. ¿Esperaba esta respuesta del mundo del toro?
-En absoluto. No vi muchas cosas de Internet hasta que no salí del hospital, pero mi mozo de espadas cogió mi móvil y, cuando desperté a la mañana siguiente, lo primero que me dijo era que no me podía ni imaginar la repercusión que había tenido en la familia taurina. El montón de matadores de toros que me habían llamado, que habían dejado su mensaje, banderilleros, periodistas, amigos de la escuela, compañeros... Muchos ni me conocían pero dada la gravedad de la cornada se quisieron volcar con ello. También estoy muy agradecido a la prensa porque fue informando de todo muy prudentemente. Llamaron a mi apoderado para consultar y ver cómo había sido todo, para no poner nada que alertase y que no fuese verdad.
-¿Cuando se acuesta sueña con volver a torear?
-Todos los días. Ahora hay muchas horas muertas y el tiempo pasa bastante despacio, sobre todo para personas como yo que estamos continuamente haciendo vida de torero. Todos los días pienso cuando va a ser y sobre todo cómo voy a responder yo. Te mentiría si te dijese que no he pensado si después de esto yo seguiré en la cara del toro con las mismas sensaciones, incluso a la cabeza se me ha venido dejarlo, porque he estado entre la vida y la muerte con 18 años y toda una vida por delante, o quedarme sin una pierna. Lo he pensado, pero luego te viene a la cabeza cómo sería vivir sin torear y eso me pesaría ya mucho más.
-¿Y ha pensado en alguna fecha o lugar concreto para volver a torear?
-Ojalá sea en Olivenza porque creo que sería muy bonito. Quedaría el cartel muy rematado con Garrido y con Lama y sobre todo que sea en mi tierra y que pueda agradecer con un triunfo todo el apoyo a la afición extremeña y a toda la gente que se desplace para verme. Es una nueva etapa, la de novillero con picadores, en la que espero seguir dando que hablar no por cosas tan trágicas sino por triunfos. No voy a precipitar nada porque para debutar tengo que ir preparado físicamente pero intentaré matar toros y tentar vacas para ver las sensaciones. Si para navidades me dejan torear alguna becerra y si los empresarios apuestan por mí, me encantaría que fuese en Olivenza.
-Antes de la cornada el planteamiento de esta temporada era el de despedirse como novillero sin picadores y debutar en 2013, ¿no?
-Claro, era el planteamiento de principios de temporada, torear el máximo número de novilladas en sitios que me sirviesen para ir viendo el volumen del toro que puede salir en las novilladas picadas. Por eso he toreado bastante este año por el norte y por la zona de Guadalajara, Madrid y Ávila, siempre que puedas ir porque te respeten tus mínimos como torero y sean novilladas que, aunque sean fuertes, se puedan matar. En el caso de Hoyo de Pinares no fue así. Este año he matado muchas novilladas mucho más fuertes pero arregladas. Para mi debut, en mi cabeza estaba Olivenza, ahora lógicamente mucho más, pero en 2013 a principios de temporada debutar porque me veo con el suficiente bagaje como para torear el novillo picado.
-¿No le da vértigo debutar y quedarse parado?
-Nos ha tocado vivir la época más dura. Estás en tu casa, toreas dentro de un mes y no sabes cuando vas a volver a torear. Tu sacrificio y tu día a día es el mismo, pero no sabes cuando te vas a vestir de luces de nuevo. Los compañeros que ya han debutado dicen que sin caballos se podían haber pegado otro año para tener al menos esa ilusión por torear. Es la época que nos ha tocado vivir y quizás eso nos sirva para hacernos también más fuertes y madurar antes en esta profesión. Sabes que vas a estar anunciado muy poco, y que las oportunidades que vengan te tienen que abrir puertas para seguir toreando, para que vayas cogiendo nombre, la afición te tenga en cuenta y te puedan más o menos allanar el camino de cara a tu alternativa. Somos conscientes y el vértigo está ahí, pero bueno, para ganar hay que apostar. No queda otra.
-Lo que quizás pocos aficionados conozcan es su vocación de periodista. Este año comienza la licenciatura en Sevilla. ¿Desde cuando ha querido ser periodista?
-Desde que empecé a hablar, con dos o tres años, era un pequeño periodista. A todo el mundo le preguntaba el por qué de todas las cosas y quería conocer todo lo que sucedía a mi alrededor. Me gusta descubrir muchos sitios y mundos nuevos y conocer gente. Aunque tuve dudas en el bachillerato, cuando hice la selectividad, vi que tenía que centrarme en algo y elegí periodismo. Creo que he optado bien por la carrera porque es lo que me ha gustado desde siempre.
-¿Por qué eligió Sevilla?
-Porque está cerca de Zafra, conozco a mucha gente para seguir con mis entrenamientos. Mi intención es compaginar las dos cosas, porque la carrera de torero también tiene unos años y no sabes lo que viene después. Creo que hay que ser una persona formada y preparada. A mí siempre se me ha dado bien estudiar, además no me avergüenza decir que me gusta saber y aprender cosas nuevas continuamente. Lo voy a intentar a ver si pronto estamos con vosotros haciendo también entrevistas.
-¿Quiere ser periodista taurino?
-Sí, porque es el mundo que más me apasiona. No me vería en un campo de fútbol entrevistando a un futbolista ni en cualquier otro sitio. Me encantaría, si tuviese mi carrera y llego un día a tomar la alternativa y a retirarme como torero después de una carrera, empezar a relatar mis vivencias, preguntar desde la experiencia propia y escribir sobre toros.
-Una última cuestión. ¿Cómo se imagina ese momento de su reaparición?
-Me imagino que será un día muy especial para mí. Verme haciendo el paseíllo de nuevo, abriendo una nueva etapa... Sería un orgullo personal por haber superado este trance tan difícil que ha llegado muy pronto y que quizás no con la suficiente madurez como para superarlo. Si yo me viese haciendo el paseíllo en Olivenza, en marzo, sería una satisfacción enorme y podría agradecer el apoyo que ha tenido la familia taurina. Intentaría devolvérselo con un triunfo y con esas esperanzas que puedan poner en mí en una nueva etapa. Ojalá sea un sueño que, por diferentes circunstancias, por la empresa, porque yo llegue preparado y físicamente bien, se pueda dar. Y si no, más adelante, que seguro que tendré mi oportunidad. Pero Olivenza sería una fecha preciosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario