domingo, 13 de enero de 2013


Bravura nevada a la luz de las velas

Día 12/01/2013 - 06.25h

Hermoso de Mendoza corta las dos únicas orejas a la desfondada corrida de César Rincón en el festival de Manizales

Bravura nevada a la luz de las velas
R.P.
De pronto, en medio de la noche, se hizo la luz. Miles de velas iluminaron los tendidos en un silencio maestrante para acoger la procesión de la Esperanza Macarena en pleno ruedo de la Monumental manizaleña. Manto negro y dorado, arropado por los toreros que participaban en el festival a beneficio del Hospital Infantil Universitario de la Cruz Roja colombiana, donde por la mañana se habían citado los españoles El Cid, Eduardo Gallo y Pablo Hermoso de Mendoza para regalar sonrisas y vida a los niños más lindos de Colombia. .
La emoción continuó en este festejo nocturno. Las palabras del capellán alimentaron la fuerza espiritual en la tierra cafetera donde cada paisaje representa una acuarela natural que envidiaría el pincel de cualquier artista. Plegarias por la paz y la Salve dieron paso al paseíllo entre una grandiosa ovación. Pero el hombre dispone y el toro lo descompone: el encierro de Las Ventas del Espíritu Santo tan bonitas hechuras como escaso fondo. ¡Qué lástima! Porque el ambiente era inmejorable...
El primero se lesionó una pata y fue sustituido por un sobrero del mismo hierro. “Clavelero” tampoco andaba sobrado de fuerzas, por lo que no pareció la mejor idea ese comienzo genuflexo de Perlaruiz. Mal principio, en el que para colmo sonaron los tres avisos.
Quiso cuidar El Juli en el caballo al parado y asqueroso segundo. Lo mismo dio. “Balsa” no valía ni para cruzar un arroyo, por lo que tuvo que agarrar antes que pronto la espada, hasta los gavilanes.
De parientes del barco iba el encierro. “Barquito” se llamaba el flojo tercero, al que Perlaza saludó con verónicas excepcionales, con temple y gusto. Bajo “Cielo andaluz”, el colombiano supo administrar las embestidas en una faena con tandas notables y con intervalos más populistas frente al único toro que se salvó en parte de la quema.
El “Bonito” cuarto no permitió a El Cid, que anda de maravilla a la verónica, gustarse del todo con el capote. Nada pudo con la muleta, pues el astado se lesionó las dos manos. El mundo al revés: a este sí lo cazó a la primera Manuel Jesús, cuando el día anterior perdió las cuatro orejas por el acero... La pitada al toro del maestro César Rincón, que comentaba la corrida para RCN (¡menuda papeleta!), fue de campeonato.
A Sebastián Castella, calado con sombrero aguadeño, le tocó en suerte un toro que desperezó las ilusiones. Los oles explosionaron desde el inicio sentado en el estribo, con una manojo de muletazos fantásticos.La música no se hizo de rogar, aunque mandaron callarla. No era el toro ninguna joya, pero el francés se entregó para exprimir lo que tenía “Pamplonico”, con mucho malo y poco bueno.
Deslucido fue también el sexto, pero los bravos caballos de Pablo Hermoso de Mendoza, como “Viritato” y “Pirata”, alegraron la noche. Raza de primerísima figura y riesgo en banderillas, cosidas a llamadas telefónicas, para “calorear” –como dicen por acá y me apuntó Diana, que debutaba en esta feria- con dos orejas una noche de nevada bravura y cálida solidaridad. Los niños fueron los triunfadores.

FERIA DE MANIZALES

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