domingo, 13 de enero de 2013


El toreo es sueño (por El Juli)

Día 13/01/2013 - 03.05h

Inmensa tarde de Julián López, que indulta un toro de Ernesto Gutiérrez en el broche de Manizales

El toreo es sueño (por El Juli)
R. P.
Inenarrable la faena de El Juli. Porque el arte, señores, no se puede describir con exactitud. Lo de este torero en el cierre de la Feria de Manizales tuvo la denominación de origen de una figura número uno.Fue un compendio de dulce poder y poderosa dulzura, que aunque parezca imposible no lo es. Si el buen amor y el ritmo de las buenas cosechas es lento, el torero siguió a rajatabla la máxima de los montañeros de esta tierra. Temple a la verónica y por chicuelinas en su bienvenida a “Arcoiris”, que dedicó al procurador general de la nación, Alejandro Ordóñez (¡vaya apellido más torero!), que apoyó la Fiesta sin titubeos desde una barrera.
Desde que agarró la muleta se puso a torear. A derechas se centró y recreó, con el compás abierto y un pase de pecho colosal. Cada vez más roto y mandón, El Juli alargó la embestida de este buen toro de Ernesto Gutiérrez. Y llegó el cambio de mano, no uno cualquiera. Un tres en uno: artista, creador y genio. Al natural derrochó torería, con un molinete de pasmosa despaciosidad y otro de pecho para enmarcar. Se ciñó luego en redondo, en una noria que aún sigue y sigue en las retinas. Siempre con la muleta precisa, en el sitio idóneo y oxigenando las boyantes embestidas, superiores en sus manos pese a esos flecos rajaditos y distraídos. Por primera vez, el público se aupó de sus asientos, porque El Juli gozó y nos hizo gozar. ¡Vaya capacidad! Y de broche, unas bernadinas ceñidas. Lástima que la espada cayese baja y trasera, porque la obra era de rabo.
Puso la plaza literalmente boca abajo en el creativo saludo con el capote y unas chicuelinas de mano baja y despaciosas. Pero ahí no quedó la cosa: llegaron unas lopecinas que enloquecieron. Y más, un quite variadísimo con saltilleras, con redondos capoteros. Cosas de genio, que arriba está escrito. ¡Viva la creatividad! Y el que venga de atrás, que arree...
Sumidos aún en el éxtasis capotero, brindó a los tendidos, se plantó en el platillo y prologó con el pase del péndulo sin moverse ni un ápice. Las tandas de derechazos se sucedieron con las gargantas enronquecidas de tanto ole que brotaba del alma, como el himno manizaleño. Tomó la mano del tenedor y sin obligarlo pintó tres naturales de categoría; brotaron luego un cambio de mano, redondo invertido y terrenos ojedistas con “Contratista”. Pero no un arrimón populachero al uso. Ahí había toreo de verdad. Los gritos de “¡torero, torero!” se sucedieron mientras El Juli se embriagaba en las distancias cortas. Tantas fueron las maravillas que hizo a “Contratista” que se vociferó con ímpetu el indulto. ¡Cómo serán las mágicas y dominadoras manos julistas que hizo soñar con la bravura! Una eternidad costó que entrara el toro en chiqueros, por lo que Julián se puso la izquierda hasta que “Contratista”, que no parecía un ejemplar para tantos honores, se adentró en el edén de la vuelta a la dehesa entre los gritos de “¡Toros, sí; Petro, no!”
Pepe Manrique brindó el terciadito primero al procurador y basó su templada y técnica faena en el estupendo pitón izquierdo, aunque también embestía a derechas, por donde se alivió sin apreturas.“Florsilvestre” fue otro tacazo del ganadero. Acapachadito, regaló embestidas de calidad, pero el colombiano, que se lució a la verónica, toreó más hacia allá que hacia acá... Toro importante.
Si Sebastián Castella no tiene ninguna costilla rota, puede agradecérselo a la Esperanza Macarena que los protege desde la capilla de la plaza. La cogida con el tercero fue tremenda. Lo pisoteó y rodó entre las patas y los pitones hasta incorporarse con un suspiro de aliento. Tiró de raza el francés y despachó de una estocada a un toro que no le había hecho mucha gracia desde el principio. Le otorgaron una oreja, al igual que tras su dispuesta faena al sexto.
A hombros se llevaron a Castella, el ganadero y El Juli, que escribió un capítulo más a su carrera, pero que solo puede leerse en el ruedo. El título: “El toreo es sueño”. Autor: Julián López.

Feria de Manizales

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