lunes, 8 de septiembre de 2014

Robleño y Escribano, oreja con los adolfos en Bayona

  • Alberto Aguilar fue ovacionado en una tarde en la que el subalterno Isaac Mesa sufrió una grave cornada subcutánea de 25 cms. en la zona escrotal con evisceración de los testículos.

Cornada al banderillero Isaac Mesa.
Cornada al banderillero Isaac Mesa. AFP

Fernando Robleño y Manuel Escribano cortaron una oreja cada uno en la corrida desigual de Adolfo Martín en Bayona. Alberto Aguilar fue ovacionado en una tarde en la que cayó herido en la zona escrotal el subalterno Isaac Mesa, que sufrió una grave cornada subcutánea de 25 cms. en la zona escrotal con evisceración de los testículos, informa Mundotoro.
Robleño cortó el trofeo del cuarto, que tuvo más trapío que sus hermanos. Supo darle la faena exacta, pues el Adolfo tuvo siempre mejores inicios que finales y medias arrancadas. El empeño del torero permitió construir una labor que impactó en el tendido. Seria labor, de profesional que nunca se aburrió Con el primero, Robleño volvió a tirar de honradez para intentarlo por ambos pitones, sin que el toro, con sus medias arrancadas y soltando la cara, le permitiera nada.
Escribano había recibido a portagayola a este segundo, viviéndose unos momentos angustiosos. El toro salió andando y el torero aguantó hasta que por fin su oponente cogió el vuelo de la larga. Después dio un tercio de banderillas vibrante. El animal respondía con transmisión en su embestida, que supo canalizar el espada de Gerena para dar forma a una labor inteligente. Tuvo calidad y también peligro sordo el de Adolfo. Lo supo llevar para delante Escribano, aunque a veces le costó al de Adolfo. Oreja tras la estocada.
Ese animal había herido casi al final de la lidia a Isaac Mesa. Tras la estocada, cuando Mesa lo bregaba para finalizar la lidia, el toro se revolvió y le cogió de forma aparatosa, hiriéndole en la ingle. El banderillero fue inmediatamente llevado a la enfermería. Lo más espectacular del quinto capítulo fue un par de banderillas sentado en el estribo. Aguantó lo indecible Escribano hasta colocar un par que puso la plaza en pie. En la muleta el de Adolfo 'echó la persiana' muy pronto. Pese a los múltiples intentos de Escribano, nada pudo hacer.
Alberto Aguilar aprovechó el desplazamiento del tercero en un buen saludo con el capote. En la muleta el toro ya fue más mirón, sin regalar nunca una embestida, y con él el pequeño -por estatura- torero estuvo muy valiente. De no fallar a espadas hubiera cortado una oreja. Saludó una ovación. El último fue el más complicado del sexteto. Ya en el capote le perdonó la vida a Alberto Aguilar, al que buscó en el suelo de forma peligrosa. Lo volvió a intentar Aguilar en la muleta, pero sin que pudiera haber opción real de éxito.
Plaza de toros de Bayona. Media plaza. Toros de Adolfo Martín. Fernando Robleño, silencio y oreja; Manuel Escribano, oreja y silencio y Alberto Aguilar, ovación y silencio.

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