domingo, 6 de octubre de 2013

«Soy el que menos ha toreado, pero el que más ganas tiene de reivindicarse»

«Vuelvo a Zafra, a mi plaza y a mi feria». Son las palabras de satisfacción de Miguel Ángel Silva (Zafra, 1994) que este domingo hará el paseíllo por primera vez como novillero con picadores en el coso de su localidad natal. Un compromiso especial e importante en su primera temporada con los del castoreño, tras su debut el pasado mes de marzo en Olivenza.
El joven extremeño afrontará el último compromiso de la temporada en su feria, con sus compañeros de la Escuela Taurina de Badajoz (Tulio Salguero, Rafael Cerro, Tomás Angulo, José Garrido y Posada de Maravillas) y con una ganadería muy especial para él: la de Cayetano Muñoz. «Espero que vean mi evolución, que sepan que tienen torero y que pueda salir a hombros», apostilla Miguel Ángel Silva.
-¿Qué balance hace de su primera temporada como novillero con picadores?
-Es casi un tópico que, a final de temporada, los toreros siempre hagamos un balance positivo. Pero es cierto, y en mi caso aún más, por varios aspectos. El pasado invierno no sabía aún si mi cuerpo, y sobre todo mi mente, iban a superar la cornada del año pasado. No sabía si, al subir el volumen del toro, el valor seguiría siendo el mismo. Me he sentido muy contento al comprobar que el percance está superado. En cuanto al resultado artístico, quizás no ha sido un número muy alto de festejos en la temporada, pero teniendo en cuenta las circunstancias de los novilleros con caballos puedo darme con un canto en los dientes. Voy a terminar, si Dios quiere, con diez novilladas y tres festivales.
-¿Cómo ha sido el paso del eral al utrero?
-Mi toreo en sí ha reposado. Me ha venido mejor por mi altura, y creo que la gente también me está valorando más con el volumen del toro.
-Se puede decir que 'necesitaba' el cambio, también por el hecho de afrontar nuevos retos en su carrera.
-Totalmente. Tanto los responsables de la Escuela Taurina, como mis actuales apoderados y yo mismo teníamos como objetivo debutar con picadores este año, a principios de temporada. Creo que al tipo de toreo que intento desarrollar le viene mejor un toro con más volumen, con comportamiento de toro, porque muchas veces el eral lo que hace es jugar a embestir. El toro pide matices técnicos que se consiguen con esa seriedad que te impone.
-Más aún en las plazas en las que torea, en el 'Valle del Terror'...
-Las novilladas salen bastante serias y con volumen. Creo que mi toreo madurará así antes, y el año que viene habrá que plantearse pisar plazas de mayor importancia y dar la sensación de ser un novillero cuajado.
Las Ventas
-¿Tiene en mente Madrid o todavía es pronto?
-Madrid es un claro objetivo después de una temporada de rodaje, porque es la única plaza de España que de verdad te abre las puertas de las demás ferias. Tengo unas ganas inmensas por hacer el paseíllo, pero para eso necesito también un invierno más intenso, ya que el año pasado no lo pude tener, y apenas tuve un mes para prepararme antes de Olivenza. No te digo seguro que sí, pero mis ganas y mi ilusión están puestas en torear en este tipo de plazas, y todo dependerá un poco del invierno y de principios de la próxima temporada.
-Superar la gravísima cornada de Hoyo de Pinares tiene mucho mérito, sobre todo por su juventud. ¿La ambición y la vocación son fundamentales cuando llega de nuevo el momento de vestir de luces?
-Sin duda. Hay muchos casos de compañeros que desgraciadamente han atravesado o están atravesando momentos parecidos. La balanza está descompensada y a menos festejos y menos preparación, novilladas más grandes y más serias. Es algo muy injusto y a tener en cuenta para el futuro de los novilleros. Olvidar tan pronto el percance fue gracias a que destiné el invierno a prepararme físicamente, pero también psicológicamente. No es normal que un chaval con 18 años afronte que ha estado a punto de perder la vida, que lo supere y vuelva a torear. Tienes que olvidar todos esos momentos y ponerte delante del toro echando la moneda al aire, sabiendo que los toros cogen, quizás hoy en día más injustamente de lo que deberían, porque la situación es muy complicada para nosotros. Ante eso lo único que hay que hacer es borrón y cuenta nueva, seguir ilusionándose y cambiar los percances por los triunfos.
-Triunfo como el que espera cosechar este domingo en Zafra, con un cartel muy especial por sus compañeros y la ganadería.
-Sí, y no solo para nosotros seis, sino para toda la afición extremeña y también para los taurinos a nivel nacional. La repercusión que estamos teniendo los novilleros extremeños, en mayor o menor medida, está llegando también a nivel nacional, y es muy bonito. En el calendario extremeño, y que me perdonen las figuras del toreo, va a ser una fecha bonita y rematada la de este año. Juego con la responsabilidad, porque no es presión, de torear en casa. El hecho de anunciarme en Zafra es una responsabilidad grande, pero me sirve para motivarme y concienciarme todavía más de que es un día en el que espero reivindicarme y demostrar que quiero tener otra situación, quiero torear más y ocupar puestos importantes en las ferias de cara al año que viene en nuestra tierra. De la ganadería... ¡qué te voy a decir! La conozco desde que cogí mi primera muleta. Es una familia que se ha portado conmigo siempre de una manera extraordinaria. Especialmente le debo mucho al maestro Antonio Muñoz, al que me une una gran amistad. Siempre que tengo alguna duda o algún problema está él para ayudarme, y también ha influido mucho mi toreo en cuestiones técnicas. Es un cartel muy rematado y nadie debería dejar de ir a la plaza. Quizás yo soy el novillero menos preparado, el que menos ha toreado de los seis, pero soy seguramente el que más ganas tiene de reivindicarse.

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