El pasado 24 de junio, José Manuel Garrido viajó hasta la localidad de Villaluenga del Rosario para participar en el primer festejo clasificatorio del certamen de Escuelas Taurinas Andaluzas, más conocido como el de Canal Sur, al ser retransmitido por la televisión autonómica. De los 24 jóvenes que comenzaron, fueron seleccionados nueve y finalmente seis, que serán los que participen este domingo en la semifinal, en Montoro.
José Manuel Garrido es uno de esos seis novilleros. Él representa a la Escuela Taurina de Badajoz, de la que es alumno desde finales del año 2008. Su participación en este ciclo es muy importante para él y aspira a llegar a la final. De ser proclamado triunfador, sería el tercer año consecutivo que el ganador de este trofeo es extremeño.
-¿Cómo fue la toma de contacto con el certamen?
-La toma de contacto con el ciclo no fue muy buena. Abría cartel en Villaluenga del Rosario y no terminé de acoplarme con el novillo que me tocó. Corté una oreja.
-Aún así, pasó a la siguiente fase y toreó en Almonaster la Real y Aracena, el 8 y 15 de julio.
-En Almonaster me sentí muy a gusto, fue un día muy bonito, iba tercero en el cartel y cuajé el novillo, que fue exigente y bravo. Pude cortar las dos orejas y el rabo. En Aracena volví a abrir cartel, que es mi perdición, y no me acoplé en toda la faena. Puedo resaltar mi actitud de esa tarde en la que paseé otra oreja.
-Ha llegado a la semifinal, que será este domingo en Montoro. ¿Cómo afronta el compromiso?
-Gracias a la tarde de Almonaster he podido llegar a la semifinal. Lo afronto con tranquilidad, porque ponerse nervioso no sirve para nada. Hay que llegar a la plaza con una preparación física y mental que te permita desarrollar tu concepto del toreo delante del novillo.
-¿Hay mucho nivel?
-Sí, hay chavales que andan muy bien. Que haya competencia y gente que arrea hace que yo no me quede atrás.
-¿Cree que tiene posibilidades de llegar a la final?
-Yo entré en el certamen para llegar a la final, como todos, y para intentar ganarlo. Creo que tengo posibilidades de estar en la final.
-¿Qué le aconsejan los maestros?
-El maestro Luis Reina me dice que apriete y no lo deje pasar, porque es una cosa muy importante. Creo que estoy haciendo una serie de méritos que me están sirviendo mucho y hay gente de toro que me ha dado la enhorabuena. Eso me da fuerzas para seguir hacia delante.
-¿Ha intensificado su preparación desde que supo que iba a participar en este certamen?
-No, sigo mi ritmo. Me preparo intensamente desde el invierno. Lo que sí hago es mentalizarme. Pienso mucho, pero no en faenas sino en el futuro, en cómo quiero plantear mi vida y qué quiero llegar a conseguir. La cabeza es ahora lo que tiene que funcionar más.
-¿Siente una responsabilidad extra al representar a la Escuela de Badajoz en este certamen? Es uno de sus alumnos más destacados...
-Siento responsabilidad pero no por ser de los más destacados, sino porque estoy en un grupo a gran nivel. Hay muchos chavales que están arreando y no puedo aflojar el pie del acelerador. No puedo bajarme del carro porque estoy subido a él y tengo que seguir.
-¿Tiene alguna novillada después del Ciclo de Canal Sur?
-Después de la buena temporada del año pasado tengo algunas cosas, pero de momento me centro en el certamen. Tengo que intentar ganarlo.
-Abrió la temporada en Badajoz, sorprendió verle a portagayola.
-Era la primera vez que lo hacía, nunca había pegado una larga cambiada, ni siquiera de salón. Estaba harto de que mucha gente dijese que no me aprieto con los toros. Eso me tocó la moral y quise demostrar donde quiero llegar. No lo tenía pensando, pero en ese momento, por amor propio, me fui para adelante. El novillo embistió y tuvo un pitón derecho muy bueno. Por ponerme una pega, me faltó algo más de temple, de reposo.
Sus inicios
-¿Cuándo decidió que quería dedicarse al mundo del toro?
-Por el trabajo de mi padre siempre he estado vinculado al mundo del toro y del caballo, pero veía a los toreros como dioses, como personas inalcanzables. Un día, cuando tenía 12 años, fui a la finca de un tío mío en Portugal y veía entrenar a João Augusto Moura, novillero sin picadores. Salió una becerra y cogí una muleta, sin tener ni idea. Pasó un par de veces y me empezó a interesar torear, pero no para ser matador de toros, sino por aprender. Me apunté a la Escuela Taurina y supe que eso era lo que me llenaba. Debuté en Oliva de la Frontera y le corté el rabo al novillo. ¡Era lo que me faltaba para confirmar mis ganas de ser torero!
-Su debut con caballos estará cerca, ¿no?
-Yo me estoy preparando para estar el menor tiempo posible con picadores. No porque no quiera, sino porque pienso que ahora hay que aprender todo lo que se pueda para llegar con caballos y que sea un trámite para tomar cuanto antes la alternativa. Me ilusiona pensar en mi debut con caballos, por la categoría, pero lo primero que tengo que hacer es buscar un apoderado, o que un apoderado me encuentre a mí. Si debutas con caballos tienes que tener alguien detrás que marque las pautas y diga cómo son las cosas, que te conduzca por un camino bueno. Espero que aparezca esa persona cuanto antes.
-¿Cómo sería la alternativa soñada?
-Sería complicada. Con respecto a la plaza, no tengo una talismán. No me importaría tomarla en América, me atraen Bogotá o Guadalajara. Nunca las he visto, pero Dominguín y Manolete era apasionados de América. Y como padrino y testigo... Mis toreros son José María Manzanares padre y Paco Ojeda.
-Sorprende que sean esos sus toreros, pues por su edad nunca los habrá visto torear en la plaza.
-Nunca los he visto en la plaza. Al maestro Ojeda he tenido la suerte de conocerle en el campo. He visto muchos vídeos de los dos. De Ojeda me atrae su forma de concebir el toreo, de meterse en el terreno del animal. De Manzanares, su personalidad, su forma de crear belleza y la forma de estar delante de la cara de los toros con naturalidad.
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