martes, 25 de septiembre de 2012


Herido de gravedad el novillero Mario Alcalde

Percance infortunado: la cogida al muletear por manoletinas a un novillo encastado y noble de Hoyo de la Gitana. Frustrante la cuarta prueba del ciclo torista de Madrid

24.09.12 - 06:43 - 
El cuarto ensayo del ciclo de encastes minoritarios fue una desilusión. Era el turno de dos ganaderías Santa Coloma de Salamanca: se anunciaron tres de Hoyo de la Gitana -con su gota de sangre Graciliano Pérez-Tabernero- y tres de Sánchez Fabrés, una de las dos más notables por su variante famosa de Coquilla, que era más que es, dentro de Santa Coloma, una línea aparte.
Dos de los coquillas de Sánchez Fabrés no pasaron el reconocimiento. Por falta de trapío. Uno de los tres de Hoyo de la Gitana -el tercero de corrida- salió renco y frágil, y fue devuelto. Para completar corrida se echó mano de dos novillos muy astifinos del viejo hierro de Clara Bohórquez, ahora en manos del ganadero lusitano Justiniano Sobral. En la ganadería, que se anuncia como Sobral a secas, hay líneas de Torrestrella, Cebada Gago y el Marqués de Domecq.
Por el novillo devuelto de Hoyo de la Gitana saltó un sobrero del hierro de Sobral también. De manera que el gozo de Santa Coloma, en un pozo. El torito de Fabrés, muy codicioso, tuvo interés y estilo, pero le faltaron golpe de riñón y tracción trasera, y se puso algo pegajoso. Para un novillero de buen aire pero ninguna experiencia con santacolomas como Jesús Duque -valenciano, de Requena- la prueba fue excesiva. Más vertical que firme, no le encontró el cómo al novillo. Pero lo mató de una estocada excelente. Estocada con vómito pero cobrada a ley.
Este Duque es torero de buena planta -vestido con un elegantísimo terno azul marino y oro de mucha recarga- y con el sobrero de Sobral, muy astifino, se quedó quieto, sacó algún muletazo de bella composición y volvió a matar con estilo y decisión de gran estoqueador. Ese toro, quinto de corrida tras correrse turnos, se lo brindó a uno de sus apoderados: Alipio Pérez-Tabernero Martín, en cuya casa ganadera de Salamanca se cultivó con fortuna en tiempos el encaste de Santa Coloma. De aquella vieja línea de los alipios, tan cuidada, vino a derivar una de las contadas ganaderías andaluzas de estirpe Santa Coloma, la de Ana Romero, donde están cruzadas las líneas de Alipio y Buendía.
Los dos novillos de Hoyo de la Gitana supervivientes tuvieron personalidad. El primero, guerrero en el caballo, gruñón, humilló por la mano derecha, fue de mal trato por la izquierda y escarbó tras fría salida, pero tuvo la virtud de ir de menos a más. Estuvo muy valiente el samboyano -de Sant Boi, Barcelona- Jesús Fernández, apodo artístico de Jesús Vicente. Buen gobierno del toro por el pitón bueno; mal medidas las tandas porque el toro pedía cortar a los cuatro viajes.
El segundo de los Hoyo
El segundo de los de Hoyo embistió con carácter y son de bravo. Fue noble, descolgó, humilló. La joya de esta corrida tan atípica. Y, sin embargo, el coprotagonista triste del festejo porque hirió de gravedad a un novillero de sólida formación -Mario Alcalde, conquense de Barajas de Melo- y lo hirió en un lance muy desafortunado. Para rematar faena antes de la igualada, Alcalde toreó por manoletinas ajustadas. En la tercera, se le vino el toro al cuerpo y lo volteó con violencia.
En el aire, una cornada de 15 centímetros en la cara interna del muslo derecho con destrozo de aductores; y en el suelo, en la pierna izquierda, tercio inferior, otra cornada de 15 centímetros también que seccionó el tendón de Aquiles. Lesión, por tanto, grave. Mario se había acoplado bien al son del toro y, aunque algo encima a veces, lo templó con bella calma y buen ajuste por las dos manos. Después de la cogida, que pareció grave por la cojera y el gesto de dolor, tuvo Mario el gesto de atacar con la espada y tumbar al toro. Se puso a llover y ya no paró. Jesús Fernández lidió al cuarto -el primero de Sobral, muy en Torrestrella, descastado- en medio de un aguacero; todavía chispeaba cuando se las vio con el toro que se dejó por fuerza Mario Alcalde, un toro muy llorón y de los ir y venir sin gana ni poder.

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