Rafael Cerro pasea cuatro orejas y rabo en Casatejada
El novillero de Saucedilla demostró su buen concepto del toreo ante los novillos de 'El Torreón'
20.09.12 - 00:02 -
A las seis de la tarde sonaban los clarines y timbales de la coqueta y renovada plaza de toros de Casatejada, para dar a paso a una excelente novillada del ganadero colombiano Cesar Rincón y que perfectamente podía haberse lidiado en cualquier plaza de segunda categoría. Cinco de seis es el balance ganadero de un encierro que dio buen juego y permitió el lucimiento y disfrute de los aficionados.
La rejoneadora portuguesa Ana Rita mostró que sabe montar a caballo y que está preparada para retos más importantes. En su primero estuvo aseada y muy voluntariosa. En banderillas arrancó los primeros aplausos del público asistente, pisó terrenos comprometidos. Clavó al violín y en banderillas cortas logró poner a la afición en pie. Un pinchazo y un rejón trasero le sirvieron para arrancar la primera oreja del festejo.
En su segundo -lidiado en sexto lugar previo acuerdo con los novilleros para no deteriorar el piso con los caballos- Ana Rita lo intentó ante un público que se enfrió después de la muerte del quinto, lidiado por Rafael Cerro. Aun así la portuguesa estuvo digna ante el que quizás fue el de peor nota de la tarde. Falló con el rejón de muerte en varias ocasiones, motivo por el que no paseó más apéndices.
Del novillero murciano Antonio Puerta se esperaba más de lo que dio. Al primero de su lote, segundo de línea ordinaria, pareció no entenderlo. Un novillo que fue de mano izquierda y que Puerta lidió con la diestra. Rectificó tarde y el novillo se fue al matadero sin desorejar. Dos pinchazos y una media estocada. Silencio.
Al segundo supo entenderlo logrando series de gran gusto. Un novillo, al igual que el resto de los lidiados con mucha fijeza, la cual no demostró en el capote. Puerta lo lidió por el pitón derecho y prácticamente no lo probó por el izquierdo al que seguro, pudo sacarle series de gran belleza. Un pinchazo y media estocada le sirvió para cortar dos orejas.
Pero la tarde cambió con el joven de Saucedilla Rafael Cerro. Hacía tiempo que no se veía torear a un novillero como Cerro lo hizo en la tarde de ayer en Casatejada. Se vio a un torero cambiado, con más gusto, transmisión, decisión y con un sabor de esos que animan al aficionado a volver a verlo.
Cuajó dos faenas de mucha profundidad a novillos que repetían, con fijeza, y a los que el de Saucedilla entendió a la perfección. Consiguió cortar dos orejas de su primero y dos orejas y rabo de su segundo, al que después de una importante faena basada en el sitio, en dar tiempo a su oponente y en saber ligarle los muletazos y sobre todo en el temple, el público pidió la vuelta al ruedo del novillo siendo concedida junto con el mayoral de la ganadería que fue invitado a darla por el propio Rafael Cerro. Atención a este torero. ¡Qué momento!
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