jueves, 26 de septiembre de 2013

Morante y Perera, gloria agridulce en Logroño

Día 20/09/2013 - 22.11h

Salen a hombros con una corrida de Vellosino mansa y mal presentada en la apertura de feria

No hubo medias tintas. O lo tomas o lo dejas. O aceptas una corrida de Vellosino impropia de la seriedad que siempre ha caracterizado esta plaza logroñesa, y además mansa y rajada; o sucumbes ante la rutilancia de las actuaciones de Morante y Perera.
Morante y Perera, gloria agridulce en Logroño
EFE
Morante alegra la embestida
Morante inundó de emociones con su capote los corazones de los miles de aficionados congregados en La Ribera. Porque Morante es lo imprevisible, lo irrepetible también. El primer acto de su gran tarde llegó al recibir al segundo de la tarde. Capote y manos sueltas por arriba en los dos primeros lances, ganando siempre terreno. Las manos cada vez más bajas, cada verónica más templada, más larga, el toro cada vez más cerca, más apretado, y el torero cada vez más hundido, más rebozado, y cada vez más grande. La plaza un rugido. La media un fogonazo, un flash para el álbum de los recuerdos. Un airoso galleo para poner al toro ante el picador fue el punto final, pues el toro se apagó como un candil sin aceite, y aquí paz y después... Gloria, que apareció como por sorpresa ante el quinto, ya mediada la faena.

Como los ángeles

Un vellosino reservón, escarbando siempre, pensándoselo mucho antes de embestir, le permitió a Morante andarle con despaciosidad en los primeros compases. De pronto, en los medios, un cite con la derecha, una arrancada que embarca el de La Puebla hasta allá lejos, y otra, y una tercera, y el pase de pecho, pura orfebrería. Un clamor, y Morante toreando como los ángeles ante un manso por el que dos minutos antes nadie daba un duro. La estocada de efecto fulminante le llevó las dos orejas a sus manos.
Morante y Perera, gloria agridulce en Logroño
EFE
Perera, en un pase de pecho
Dos trofeos también cortó Miguel Ángel Perera al sexto, el más toro y el mejor de la más que cuestionable corrida. Salió espoleado, con rabia novilleril en el comienzo de faena que se fue pausando hasta llevar muy largo y templado al astado en series rotundas que calaron fuerte. Buena réplica y buena rúbrica con la espada.
Morante y Perera, gloria agridulce en Logroño
EFE
Ponce, a derechas
Buen final, que no debe echar tierra al mal planteamiento que tuvo un festejo en el queEnrique Ponce, pese a las ganas que puso ante el cuarto, sí se vio arrastrado por esa marea de los toros sin raza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario