viernes, 13 de septiembre de 2013

Nueva cumbre de Miguel Ángel Perera con tres orejas

Perera, a hombros. | Efe
Perera, a hombros. | Efe
Antes de la merienda, Miguel Ángel Perera sirvió el aperitivo caliente. Vaya momento (momento de una temporada entera) que empezó en Valencia con un jandilla como este jueves. Francamente bueno el armónico toro de Borja Domecq y extraordinariamente templado Perera. Por ambas manos frondosas las series, el tiempo medido entre ellas, la izquierda a rastras, cuando el jandilla amagó con rajarse. La última tanda de siete redondos y el de pecho despidió una lidia que se basó en la quietud de todas las suertes que interpretó, desde los delantales de saludo a las villaltinas que derivaron por una cordobina y una revolera; quietud en el inicio de faena de tres péndulos, tres, silvetistas, resueltos con por abajo con un ayudado enorme. Cayeron las orejas de 'Fogoso' de las manos del mismo presidente no concedió el rabo del 'Pescadero' indultado.
Fandila ya había cortado una oreja ligera de un toro mansito, que no quiso caballo en la contraquerencia y que sólo se llevó un refilonazo del pica que hace puerta. Fandi banderilleó con facilidad al toro suelto. De rodillas y en redondo arrancó la faena con el toro a toda vela; el jandilla fue graduando su embestida y descolgó más de los que se esperaba, especialmente por la zurda, que fue la mano. Colocaba la cara con buen gesto. Hasta entonces Fandi no le había exigido. Pero los naturales sí que fueron al hocico. Mucho para el mansito, que se rajó y quiso tablas. A favor de querencia siguió para pegarle allí circulares con la izquierda. No se veía el final, que debió producirse antes de ese desarme en la puerta de toriles rodilla en tierra.
Padilla, que había hecho tablas con un toro que soltaba un incómodo tornillazo por viaje, más generoso por la izquierda, dejó la táctica conservadora en el cuajo del cuarto y atacó. Largas cambiadas de rodillas, quite por chicuelinas y las banderillas tan suyas. Fue entonces cuando en el capote de un peón 'Zucamal' hizo así y planeó. Tuvo un punto siempre sensacional de abrirse e irse de la muleta un metro más allá para regresar siempre con una fijeza mayúscula. Padilla pasó del prólogo de hinojos a un puñado de naturales precipitados y amontonados.Ni por colocación ni por desarrollo la faena de polvaera se acercó a la calidad del jandilla. Un pedazo toro. El final de molinetes de rodillas y la estocada a la segunda le pondrían una oreja en bandeja. La paseó con la bandera pirata, que en Pamplona tiene su porqué y su gracia.
Al hondo quinto le faltó fondo en tan inmensa bodega de 596 kilos. Fondo y el buqué de sus hermanos. Fandi quiso alegrarlo pero no hubo modo con el marmolillo y lo pinchó desmasiadas veces. Rara cosa en él. Pero es que el funo no hacía ni el gesto de humillar.
El último de Jandilla traía cuerpo de mercancías. Un tío por alzada. Y por todo. Perera tuvo que desengañarlo porque ya en banderillas no se venía claro. Un banderillero de la calidad de Joselito Gutiérrez las pasó putas con los palos. Y Miguel Ángel Perera se puso a ello con el imán de su muleta para quitarle el gazapeo y meterlo en ella. La otra versión de Perera. En plena tensión, una tía se puso a cantar o a pegar el cante porque no había caso para el arte. Al torero le sentó como una patada en los mismos. Por la izquierda reponía el toro pegajoso y haciendo hilo. La faena desprendía un mérito bárbaro porque de vez en cuando también se vencía la embestida. El poder pererista se impuso. El poder de la mano baja y el mando. Tremendo. De chapó y muchos redaños. Cayó un aviso. Pinchó una vez; la estocada se hundió atravesada. Necesitó del descabello. Otro aviso. Tendría prisa el palco. Dobló al segundo golpe de descabello. Y otra oreja para la más meritoria de todas las grandes faenas que ha cuajado aquí.

Ficha:

Plaza de toros de Albacete. Jueves, 12 de septiembre de 2013. Quinta de feria. Tres cuartos muy largos. Toros de Jandilla, igualados y serios por delante, de diferentes hechuras y remates, más fuertes los tres últimos; de gran calidad el cuajado 4º con su punto de abrirse; muy bueno el armónico y templado 3º; mansito y de final rajado un 2º de buen pitón izquierdo; de incómodo tornillazo el 1º; sin fondo el hondo 5º; gazapón, complicado y de costosa entrega el alto 6º.
Juan José Padilla, de purísima y oro. Estocada trasera (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada (oreja).
El Fandi, de coral y oro. Estocada rinconerilla (oreja). En el quinto, cinco pinchazos y descabello (silencio).
Miguel Ángel Perera, de purísima y oro. Estocada pasada y rinconera (dos orejas). En el sexto, pinchazo, estocada atravesada y dos descabellos. Dos avisos (oreja). Salió a hombros.

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