miércoles, 18 de septiembre de 2013

Oreja para Enrique Ponce y 'El Juli'

Se notó en los tendidos que el de ayer era el cartel más atractivo de la feria de setiembre de Murcia, con la presencia en el mismo de tres grandes figuras, Ponce, 'El Juli' y Manzanares, que fueron capaces de congregar en La Condomina gente suficiente para llenar las tres cuartas partes del aforo.
Llegaba Ponce a Murcia en un excelente momento. En plenitud. Su lote fue de lo más deslucido dentro de un encierro, que en conjunto resultó manejable aunque falto de raza, compuesto por cuatro toros de Juan Pedro Domecq y dos de Parladé. El primero de la tarde embistió al paso al capote del maestro valenciano. Flojito y con poco gas, metió la cara abajo en su encuentro con el caballo. Brindó su faena de muleta al golfista Miguel Ángel Jiménez y comenzó su labor por alto, ayudando a embestir a la res, sin obligarle, para meterlo en canasta a las primeras de cambio. A media altura, con mucho pulso, fue desgranando las primeras series, simplemente acompañando las embestidas del animal. Faena con mérito suficiente para cortar una oreja y que posiblemente se vio perjudicada por ser la primera de la tarde y estar el público aún frío. Si paseó un apéndice del cuarto de la tarde, un toro retinto que tomó los engaños sin clase y se frenó en los capotes.
El cuarto se movió a dos velocidades, echando el freno hacia las afueras y más brusco hacia las tablas. Con bastantes defectos que corregir cayó en manos de un Ponce que no pudo cuajar una faena de lucimiento, pero que fue templando en muletazos de arriba abajo, cortos, sin molestar. Un apéndice.
A esa oreja de Ponce sólo se unió otra de 'El Juli' al quinto en toda la tarde. Y es que las espadas no funcionaron. El madrileño podría haber ya tocado pelo en el segundo de la tarde, al que saludó con un buen ramillete de verónicas. El comienzo de faena tuvo temple. Después de dos tandas en redondo, vino una serie de naturales de trazo largo, despaciosos, con la muleta barriendo la arena, aceptando el astado con nobleza los envites del diestro. Toreo mandón, aguantando algún parón, para terminar dominado su oponente que fue por donde quiso 'El Juli'. Cuando se olía al primer trofeo de la tarde se sucedieron tres pinchazos.
El quinto embistió con alegría y codicia al capote de Julián, que manejó bien el percal para torear por delantales y chicuelinas. Inicio de faena a pies juntos, pasando a la res por los dos pintones sin enmendarse. Le obligó 'El Juli' en las tandas de naturales, en una faena de quietud y afianzamiento de plantas, ligando los pases en un palmo de terreno.
Lo mejor de la tarde fue la artística faena de Manzanares al tercero de la tarde, un buen toro colorado de Juan Pedro Domecq. Le funcionó la cabeza al artista de Alicante, torero de enorme calidad, para dar tiempo entre las series y andar con torería entre tanda y tanda, para que el animal descansara, lo que ayudó para que el toro durara más. La faena fue fluyendo con momentos de mucha belleza, acariciando las acometidas del animal con mucho temple. Pinchó hasta en tres ocasiones, esfumándose las orejas.
El sexto entró al caballo con prontitud, metiendo la cara abajo. Sin embargo no sirvió en la muleta. Tras cambiarle los terrenos, José Mari tomo pronto la muleta con la izquierda. Lo intentó por ese pitón, sin que llegara a compactar una faena lucida, en parte también porque el animal perdió las manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario