lunes, 10 de marzo de 2014

Antonio Ferrera y 'El Juli' reivindican la verdad de la fiesta

El diestro extremeño sufrió una cornada de 14 centímetros en el muslo tras estoquear al quinto, al que cortó las dos orejas

09.03.14 - 00:43 - 
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Primer toro de Ferrera | B.CASILLAS
Hay muchas palabras con las que puede describirse a un matador de toros y toreros a los que solo les describe un término. Valentía, entrega, raza, pundonor, lucha, tesón y coraje podrían ser algunas de las empleadas para calificar la labor, en líneas generales, de los espadas que ayer hicieron el paseíllo en la primera corrida de la feria taurina de Olivenza tras la novillada del pasado viernes.
Tenían por delante una labor complicada pues aunque de correcta presentación, los astados de Garcigrande no fueron para nada sencillos en cuanto a su lidia. Aunque se movían y repetían, fueron muy bruscos y con un peligro sordo, pues miraban y medían y llevaron algún que otro 'uy' a los tendidos.
Con un encierro así, lo 'fácil' hubiese sido abreviar, despachar pronto la 'papeleta' y mirar a Valencia y Castellón, las próximas fechas en el calendario. Sin embargo, los diestros plantaron cara a sus oponentes, se jugaron los muslos y se esforzaron por hacerles faena, por imponerse y mandar. Una labor de muchísimo mérito que no se transmitió a los tendidos, demasiado fríos porque en definitiva los astados fueron sosos hasta el hartazgo.
A Antonio Ferrera le correspondió el lote con los dos toros de más presencia del envío. Un primero, 'Puserito', justito de fuerzas, al que recibió con verónicas a pies juntos. Salía suelto de los engaños, pero el de Villafranco del Guadiana consiguió encelarlo y llevarlo hasta el centro del ruedo con verónicas muy cadenciosas. Se lo dejó crudo en el caballo y tomó los palos para dejar tres buenos pares, en los que destacó el quiebro antes del segundo y el tercero, junto a tablas muy ajustado.
Brindó al público y comenzó la faena de muleta llevándolo a media altura. El pitón bueno de su oponente fue el izquierdo, por el que sobresalieron naturales con mucha profundidad y empaque, haciéndole siempre las cosas muy despacio al toro. Acortó distancias y sufrió una voltereta cuando perdió la muleta, trató de recuperarla y el animal le arroyó, afortunadamente sin consecuencias. Sin mirarse, se levantó y volvió a la cara del toro para continuar con su labor, pues antes del percance estaba toreando con la diestra sin ayuda. Estocada entera caída y ovación para el extremeño.
Fiel a su estilo, comprometido y entregado a su profesión, Antonio Ferrera salió a por todas en el cuarto, 'Ronquillo', de la ganadería de Garcigrande y con un peso de 520 kilos. De nuevo destacó en banderillas, arriesgando mucho en cada par, con un cuarto par a petición del respetable citando al toro de espaldas y clavando junto a tablas.
Comenzó la faena de muleta doblándose con el animal, que dejó claro desde el principio que era un toro molesto, soso y bruto. Sin embargo, Antonio Ferrera no se achicó y fue acortando distancias exponiendo mucho en cada pase, jugándose los muslos y dominando a su oponente a base de raza. La misma que demostró cuando, tras ser cogido, se levantó, rechazó la ayuda de sus compañeros y esperó a que doblara el animal para mostrar al respetable las dos orejas que había cortado. Fue andando, por su propio pie, a la enfermería. El percance se había producido al entrar a matar, al salir del embroque el toro le alcanzó por el muslo izquierdo y le propinó una cornada de unos 14 centímetros por la que fue atendido en la enfermería de la propia plaza. El público supo reconocer su esfuerzo y le tributó una sentida ovación. Un triunfo que pagó con sangre y una demostración de que verdad en el toreo.
Compañerismo
Lo mismo le sucedió a Julián López 'El Juli', que además de demostrar que es un gran torero en el ruedo, dejó claro que también lo es fuera, al negarse a salir a hombros pese a haber cortado cuatro orejas y un rabo y acudir a la enfermería a interesarse por el compañero herido junto a José María Manzanares y Miguel Ángel Perera. Acciones como esta demuestran la grandeza de esta fiesta y reconcilian hasta al más desencantado de los aficionados.
Al primero de su lote, 'Bolero', lo recibió 'El Juli' a la verónica, aunque lo más significativo de su labor con el capote fue un quite por chicuelinas con el compás abierto. Brindó a Armando, el que fuese su mozo de espadas, y comenzó la faena de muleta con el pase cambiado por la espalda. Labor de mucha quietud y de nuevo demostración de su cabeza privilegiada a la hora de entender a los astados. Sabía de las complicaciones de su oponente, de la manera en que salía suelto de los engaños y su poca transmisión, y supo darle el ritmo justo a su labor, poniéndole siempre la muleta sin que llegara a puntearla y ligando los pases de manera prodigiosa. Muy por encima de su oponente, terminó encajado entre pitones y fue a por la espada justo cuando el astado amenazaba con rajarse. Estocada entera algo trasera y dos orejas.
Con la plaza sobrecogida por la cornada que le propinó el quinto de la tarde a Antonio Ferrera, a Julián López 'El Juli' le tocó un sexto, 'Descorchador', con un comportamiento muy similar al que había herido a su compañero. Y, al igual que él, se jugó los muslos. Dominó su oponente primero obligándole a humillar y después encajándose entre los pitones con una valentía desmesurada pese a que en un par de ocasiones el animal hizo por prenderle. Puso la plaza en pie y lo pasaportó de una estocada entera muy efectiva que le valió las dos orejas y el rabo.
José María Manzanares saludó a la verónica al primero de su lote, el único que peleó en varas. Derribó el caballo del picador, Chocolate, que fue ovacionado. Realizó un estético quite por chicuelinas. Muy agarrado al piso en banderillas, el 'dream team' de las cuadrillas debutó en España con la ausencia de Trujillo, que notó en esta primera tarde sin él. Poco que decir de la faena de muleta, componiendo mucho la figura pero con un toreo ventajista, siempre con la pierna retrasada. Estocada entera trasera y ovación.
Curro Javier se desmonteró tras un buen tercio de banderillas a 'Pecador', el segundo del lote de Manzanares. El torero de Alicante fue de menos a más en su faena, implicándose con su oponente. Era un animal brusco y que no transmitía, se quedaba corto aunque repetía. El diestro tiró de coraje y se expuso mucho aunque sin recompensa por las características del animal. Tragó con él y le ganó la partida. Se atascó con los aceros y tras media, pinchazo y una entera tras aviso recibió una fuerte ovación.
El primero de Miguel Ángel Perera fue devuelto a los corrales, en principio por un problema de vista, aunque realmente parecía que tan solo era un manso de manual. Sea como fuere, recibió a la verónica a 'Rítmico', el sobrero de Domingo Hernández. Al igual que el que fue devuelto, dejó clara su mansedumbre desde el inicio. Quitó por tafalleras y gaoneras y brindó al público para iniciar su faena con mucha quietud, sin mover las manoletinas del suelo y logrando encelar al animal, con valentía.
El toro tenía una marcada querencia a tablas, pero Miguel Ángel Perera supo llevarle muy tapado y se impuso a él haciéndole faena y obligándole a humillar y repetir. Ligó las serias con mucho temple y terminó acortando distancias, adornándose con desplantes que llegaron mucho a los tendidos. Lo tuvo complicado a la hora de entrar a matar con un animal muy aquerenciado y tras una estocada entera necesitó el descabello. Ovación.
Poco puedo hacer con el que cerró plaza, 'Campanero', al que recibió con verónicas. Brindó al público y comenzó con el pase cambiado por la espalda. Muy ajustado y con mucho peligro. El toro cabeceaba en la muleta y se iba de los engaños. Repetía pero sin transmisión y de nuevo volvió a ganarle la partida a base de imponerse. Su esfuerzo no se pudo ver recompensado por la sosez del morlaco y tras media trasera caída escuchó las palmas del respetable.
'El Juli', José María Manzanares y Miguel Ángel Perera pasaron a la enfermería nada más terminar el festejo para interesarse por Antonio Ferrera que, casualmente ayer vestía de plata. Aunque no era una coincidencia. El diestro extremeño vestía un traje que le había prestado Luis García 'Niño de Leganés', banderillero de la cuadrilla de 'El Juli' que resultó herido en Sevilla durante la pasada Feria de Abril y que le obligó a retirarse de los ruedos.

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