martes, 4 de marzo de 2014

Temporada taurina 2014: un año de más sombras que luces

Día 03/03/2014 - 01.09h

El próximo fin de semana se celebra la primera gran feria, Olivenza, con la presencia de las máximas figuras

Temporada taurina 2014: un año de más sombras que luces
REUTERS
El próximo fin de semana, en Olivenza, asistiremos a la primera gran Feria de la temporada. Las perspectivas son, sin duda, preocupantes: broncas y desunión de los profesionales; caída del número de festejos; reducción de las novilladas; difícil situación de muchas ganaderías... Sininformación televisiva ni transmisiones en abierto, la Tauromaquia es un espectáculo del que se aleja buena parte de la sociedad: muchas nubes y muy pocos claros.

1. Ley y Plan de Fomento

La Iniciativa Legislativa Popular que había presentado la Federación Taurina Catalana acabó cuajando en la Ley del 12 de noviembre, cuyo Preámbulo comienza así: «La Tauromaquia forma parte delpatrimonio histórico y culturalde los españoles». De ahí se deduce un «deber general de protección y fomento» por parte del Estado.
Nunca se ha dado una declaración legal tan rotunda y prometedora. Implica esto una serie de medidas para «tutelar el derecho de todos a su conocimiento, acceso y libre ejercicio». (Pero no supone la vuelta de los toros a Barcelona, que depende de la decisión del Tribunal Constitucional, de una futura Ley de Unidad de Mercado y del delirio independentista de Artur Mas).
El ministro Wert ha presentado un Plan Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia,«Pentauro», que incluye 5 ejes, 20 programas y 46 medidas. Todas parecen razonables... si se llevan a la práctica; si no, todo quedará en el infierno de las buenas intenciones. Lo ha repetido el Ministerio: es a los profesionales, unidos entre sí y con la Administración, a los que corresponde llevar a cabo todas estas propuestas. Dado el panorama taurino actual, con sus grescas continuas, resulta muy dudoso.

2. Baja el número de espectáculos

Los datos son indiscutibles. En 2013, en España, el número de festejos mayores −corridas de toros, novilladas, rejones y espectáculos mixtos – ha sido de 888, frente a 1.012, el año anterior: un 12’25% menos. (En Francia, han permanecido prácticamente las mismas cifras ). El descenso ha sido mayor en las novilladas, lo que supone un riesgo grave para el futuro de la Fiesta, y en los espectáculos que se celebran fuera de las Ferias.
El documentado informe de los empresarios taurinos (Anoet) señala a la crisis económica como la gran causante de este descenso, que se viene produciendo desde el año 2007.
Todos los profesionales coinciden en que es necesario bajar el precio de las entradas. Y todos defienden que han de apretarse el cinturón... los demás.

3. Enrique Ponce y José Tomás

Los planes de José Tomássiguen siendo una incógnita. Se dice que está restablecido y que toreará de nuevo en España... alguna corrida. Es una estrategia que a él le resulta rentable y que quieren seguir ahora El JuliMorante: torear menos, con un calendario anunciado de antemano, como si fuese la gira de un grupo de rock. Para la Fiesta, desde luego, no es nada bueno.
Ante las exigencias del «grupo de los cinco más uno» (así lo llaman ya),todos los ojos se vuelven a Ponce, que no pone pegas a ninguna plaza, a ningún compañero ni a las cámaras de televisión. En su temporada número veinticinco como matador, volverá a Sevilla y Madrid, toreará todo lo que él quiera.
Un mano a mano de Ponce y José Tomás, con toros serios, en una Plaza importante, sigue siendo un sueño.

4. El G-5 y Sevilla

El órdago de cinco diestros(El Juli, Morante de la Puebla, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante) a la empresa de Sevilla se ha mantenido. Como en la canción del Festival de Benidorm, los toreros han estado «comunicando»: agravios sin concretar, vagas apelaciones a la dignidad y a los valores... Así, no se arregla nada. Creer que los maestrantes sevillanos iban a ceder suponía no conocerlos. Se ha divulgado el rumor de una mano oculta: una empresa mexicana, que querría hacerse con la Plaza de toros sevillana. Por mucho dinero que pueda ofrecer, no lo va a conseguir.
Toda la vida, alguna figura del toreo ha chocado con un empresario y no ha aceptado contratarse con él. La novedad es el boicotde cinco diestros, unidos, a una Plaza tan importante. En este caso, va a perder Sevilla, pero también perderán ellos: perderemos todos los aficionados. No será fácil que se libren de la sospecha de que buscan más poder, dinero y comodidad. (Algunas fotografías del ganado que se ha lidiado en México producen sonrojo).
Al no acudir a la Feria de Abril (este año, en mayo), dejarán hueco a otros diestros, que tendrán su gran oportunidad: algunos sabrán aprovecharla. Y se medirá el tirón real, en la taquilla, que tienen los cinco. Para atraer al público no basta con el «marketing» y el «glamour»: hace falta un toro encastado, que produzca auténtica emoción.
El dilema es más amplio. La unidad de todos los profesionales resulta absolutamente indispensable para regenerar la Fiesta. Si prevalecen los intereses de cada sector, de poco servirán los planes ministeriales y se les dará el trabajo hecho a los antitaurinos. ¿No son capaces de verlo?

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