Rafaelillo consiguió dar la única vuelta al ruedo en el segundo festejo de la
Feria de Fallas ante un encierro de
Adolfo Martín, bien presentado, noble pero muy bajo de raza. El quinto fue devuelto por su escasa fuerza y lo sustituyó otro del mismo hierro, de idéntica condición. La plaza registró
menos de media entrada.
Rafaelillo consiguió dar esa vuelta tras despachar a un toro que le dio facilidades por el lado derecho hasta que le puso en apuros. A partir de ahí desarrolló y ya fue imposible. El cuarto se quedaba corto, pero no tuvo maldad y el murciano estuvo digno.
Javier Castaño sorteó un lote muy flojo, aunque que ofreció más posibilidades. Las series con la diestra fueron lo más destacado de sus dos faenas, que no terminaron de llegar con fuerza al tendido.
Nada pudo hacer Fernando Robleño ante dos ejemplares que no le ayudaron. Pese a ello, el matador madrileño aún pudo dejar entrever sus buenas maneras ante su primero, al que le dio todas las ventajas a sabiendas de que el toro no iba a ser agradecido. El sobrero que hizo quinto estaba totalmente derrengado y tuvo que abreviar ante las protestas del público. Corrida decepcionante.
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