La gran belleza del toreo de Morante y Finito en la Feria de Fallas
ANDRÉS AMORÓS / VALENCIA
Día 20/03/2014 - 10.42h
El Juli abre la puerta grande en la corrida monstruo y Manzanares corta una oreja
Se cierra la Feria con ocho toros. La Plaza se llena y podemos presenciarcuatro estilos distintos, en el arte del toreo. El triunfador numérico es El Juli, que corta dos orejas; Manzanares, una. Pero Morante, sin trofeos, torea de modo sobresaliente, y Finito, que obtiene uno, también nos deleita.
M. PONCE
Finito deleitó
Dentro de su comportamiento desigual, lostoros de Garcigrande han sido equitativos: mansos complicados los dos primeros; flojos los dos últimos; en medio, cuatro muy manejables. Cada uno de los diestros ha disfrutado de uno con nobleza.
El primer toro es muy manso: hace fea pelea en varas, vuelve del revés, da arrancadas desiguales, se emplaza en la boca de riego desde el comienzo hasta la muerte. Finito, que sustituye al herido Enrique Ponce, comienza la faena con buenos doblones. Ahí se acaba todo: el toro exigía una lidia a la antigua, guste hoy o no. Hay momentos en que los dos, toro y torero, caminan de lado. Mata sin confiarse.
Derechazos de seda
Igual de manso pero más complicado es el segundo. Morantecomienza con una «espantá», soltando el capote. En un quite por chicuelinas, El Juli parece despertar al toro. Replica José Antonio con buenas verónicas. El comienzo de faena es precioso, con ayudados a una mano y tres derechazos de seda. Pero el toro se acaba. Y entra a matar sin entrar. Ha habido sólo momentos: muy hermosos, eso sí.
M. PONCE
El Juli sale a hombros
El tercero también mansea pero inicia la serie de los toros manejables. El Juli le da la lidia adecuada, manda, alarga al natural las embestidas, entusiasma al público con circulares, forzando la figura, y remata con el pase del desprecio. (¿Por qué no emplea una forma más airosa de salir del toro?). Se vuelca en la estocada: dos orejas.
Muy noble es el cuarto, que embiste largo y suave. Aciertan Chocolate, en varas, y Curro Javier, en la lidia. Molesto por el viento,Manzanares tarda en centrarse, logra series cortas, con su natural elegancia. Un círculo completo enloquece al público. Mata de gran estocada: una oreja y petición de la segunda. Ha mostrado más estética que mando: lo contrario que El Juli. Uniendo las cualidades de los dos, ¡qué gran torero tendríamos!
Gran clase
También es noble el quinto, le permite a Finito lucir su gran clase, ésa que todos los profesionales reconocen y que ha estado oscurecida, a veces, por su carácter. Muletea con naturalidad: sabor, aroma, torería... Una preciosa faena. Da gusto verle torear, en esta feliz madurez: oreja.
M. PONCE
Manzanares
En el sexto, «Marquesito», Morante nos hace paladear un toreo de enorme calidad. Es difícil torear más lento que en sus cinco verónicas. Replica El Juli, temerario, por el mismo palo yMorante duplica por tafalleras: un quite menor se convierte, en sus manos, en una joya de orfebrería típicamente sevillana: así habrían podido torear Chicuelo, Manolo Vázquez, Rafael Torres... Se suceden los muletazos de extraordinaria belleza: un cambio de mano que no se acaba nunca, los naturales con los pies juntos, el salir andando con torería de la cara del toro. Tarda en matar y no corta trofeos: ¿qué importa? No es un tópico: pura estética sevillana. ¡Y que esta forma de torear no la vean en Sevilla! ¡Qué disparate!
Después de esta borrachera, la Plaza entera parece agotada. Los dos últimos toros son flojos, no permiten gran lucimiento. El Juli hace un trasteo voluntarioso y mata bien. Manzanares tarda en cogerle el aire al último, en una faena ardorosa; lo logra, al fin, pero pincha. Seguimos saboreando el toreo de gran belleza que hoy han desplegado Morante de la Puebla y Finito de Córdoba.
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