sábado, 22 de marzo de 2014

Percance y triunfo de Enrique Ponce en la Feria de Fallas

Día 18/03/2014 - 22.31h

El maestro resulta cogido al entrar a matar tras una faena de dos orejas

Hemos vivido una tarde de pasiones y gran toreo, sólo ensombrecida por el percance sufrido por Enrique Ponce. Además, los toros bravos y encastados de Victoriano del Río han propiciado el triunfo de Jesús Duque y El Juli.
El toro de la alternativa de Duque, «Jilguero», acusa enseguida querencia a chiqueros. Muy pronto, se duerme, con la cara a media altura, se para. El joven valenciano aguanta sin afligirse la lentitud de las embestidas y mata con eficacia: petición y vuelta.
El segundo, «Barbuqueja», mansea de salida, incierto, reservón.Ponce brinda al cielo (al abuelo Leandro, supongo). El toro arrea, Enrique se dobla con él y lo mete enseguida en el canasto: un ejemplo claro de esa difícil facilidad en la que no tiene rival. Se sucede unaverdadera lección magistral: muletazos llevándolo prendido en los vuelos de la muleta, tapándolo, no dejándole que se vaya. Estos naturales son ejemplo de auténtica naturalidad, brotan con la sencillez del agua clara. Se suceden los elegantes cambios de mano, los preciosos ayudados por bajo. No me ciega la emoción por el percance; antes de él, ha mostrado ya Ponce la plenitud de su dorada madurez. Y se tira a matar muy recto: lo empitona por el sobaco, lo derriba y, en el suelo, lo alcanza de nuevo. Notoriamente herido, se resiste a pasar a la enfermería hasta que rueda el toro: dos merecidísimas orejas, que pasea su cuadrilla.

Pelea ardorosa

A partir de ahí, se altera el orden: El Juli mata los toros tercero, cuarto y sexto; Jesús Duque, el quinto. El primero de Julián, encastado, como todos sus hermanos, se mueve mucho y humilla pero puntea. El diestro no le duda, intenta alargar las embestidas. La faena, de más mando que estética, concluye con una pelea ardorosa. Entrando de largo, con salto, estocada trasera pero descabella dos veces: saludos.
El cuarto, «Copito», derriba en el primer envite, humilla, es pegajoso, con nervio. Brinda El Juli a su cuadrilla: lo domina por bajo, ataca mucho, enlaza muletazos en el platillo. Manda en los naturales, con la figura algo retorcida. Pincha antes de la estocada: oreja. Ha tenido unamuerte de toro bravo. ¿Qué hubiera hecho con él Ponce, al que le correspondía?...
Jesús Duque mata al quinto, que resulta extraordinario. El toricantano logra que no le desborde, lo que ya tiene mérito: aguanta las fieras acometidas y mata de estocada (algunos han llegado a pedir el indulto). Corta dos orejas y se le da una merecida vuelta al ruedo al que ha sido, hasta ahora, el mejor toro de la Feria. ¡Qué fuerza emocionante ha transmitido este «Cantaor»!
En el sexto, aprieta El Juli al máximo: necesita otro trofeo para salir en hombros. Lo recibe de rodillas. El toro se mueve mucho, es bondadoso pero tiene menos picante que el anterior. Julián no regatea esfuerzos y obtiene otra oreja.
(Lea la crónica completa en la edición impresa de ABC y en Kioskoymas)

Parte médico

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