sábado, 25 de mayo de 2013

La estrella es el traje

Fotografía: Begoña Rivas
Fotografía: Begoña Rivas
  • Lorenzo Caprile apadrina 'El sastre de la luz', protagonizada por el legendario sastre Antonio López Fuentes.
"No hace falta ser aficionado a los toros para inspirarse en su cultura. Balenciaga sólo vio una corrida de toros en su vida". Más ejemplos: John Galliano, Jean Paul Gaultier, Valentino, Christian Lacroix, Moschinohan empleado el traje de luces como inspiración, sin que conste que tengan un interés especialmente profundo por la Fiesta.
En cambio, Lorenzo Caprile, el autor del entrecomillado anterior, sí que tiene una relación más fuerte por los toros. Caprile, aficionado gracias al madrinazgo de la ganadera Dolores Aguirre, ha vestido de goyescos a Enrique Ponce y Pepín Liria. Y ayer, en el Espacio Arte y Cultura de Arte Taurino Tour, apadrinó el mismo la presentación del cortometraje 'El sastre de la luz', de Alberto Martín, un retrato del oficio de sastre taurino.
Junto a Caprile y Martín, se sentó el protagonista de la película, el artesano Antonio López Fuentes, de la legendaria Sastrería Fermín. "Este vestido está hecho exclusivamente para el hombre. Se ha creado duro, para un hombre fuerte y recio. Es por encima de todo muy varonil", dijo López Fuentes.
Los dos sastres compararon los entresijos de sus trabajos y la historia del traje de luces: "Francisco Montes Paquiro fue el que creó allá por 1830 el traje de luces tal como lo conocemos hoy. Ajustó la taleguilla y cortó la chaquetilla, evitando así que les engancharan los toros la casaca, que era larga por detrás. Además, se le atribuye la creación de la montera, de ahí su nombre. Fue una evolución del sombrero de dos picos que aparecen en los cuadros de Goya", explicó Caprile. "Antes, los toreros no llevaban corbatín, sino que utilizaban las pañoletas que sus mujeres llevaban sobre los hombros, liándoselas al cuello y la cintura. Así lucían el color de sus amadas", añadió López Fuentes, que recordó que su casa acompañó a Luis Miguel Dominguín, en el último gran cambio de la industria textil taurina: cambiar los bordados para que el traje pesara menos. "Yo voy cumpliendo años y el toro siempre tiene los mismos", decía el diestro, amigo íntimo de Picasso.

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