martes, 14 de mayo de 2013


Paco Camino, figura capital de San Isidro

Día 14/05/2013 - 01.12h

Memoria histórica de Las Ventas, por Rosario Pérez y Ángel González Abad

«Y Paco Camino se congració con el temple». Así tituló Vicente Zabala su crónica en ABC tras la soberbia faena del Niño Sabio de Camas a un sobrero del Jaral de la Mira. Aquella obra, una de las joyas más caras de la historia de San Isidro, puso de acuerdo al sol y a la sombra un 22 de mayo de 1975. Llovieron sombreros a la arena y corearon oooles cuando Camino bordó los naturales más lentos que recuerdan los viejos abonados al toro «Despacioso». Poder, garbo, ligazón y torería frente a un manso que huía de su propia sombra hasta ser dominado por el maestro sevillano.
El camero, figurón en mayúsculas y no como hoy que se cataloga de tal con demasiada facilidad, es el torero que más orejas ha cortado en San Isidro (38 en total) y doce Puertas Grandes decoran un currículum supremo. Ocho de esos trofeos los conquistó en suencerrona en la Beneficencia de 1970 tras quedarse fuera de San Isidro –en el 67 se había atrevido con cuatro paseíllos en la feria–.
Además de ser el pichichi en premios en el ciclo madrileño, lo que verdaderamente caló en la afición fue su tauromaquia, desde su clásica media verónica y chicuelinas a su volapié y esa zurda prodigiosa, que marcó la época de los 60 y los 70.

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