sábado, 3 de agosto de 2013

Una corrida doble a plaza partida

Día 02/08/2013 - 16.19h

En 1995, El Puerto dividió el ruedo en dos para acoger a un lado una corrida y al otro una novillada

Un lector de ABC me llama por teléfono para comentarme su preocupación «por la locura de El Soro». «¡Oiga, ese señor no está para torear!», insiste.
La conversación deriva en la situación de la Fiesta, me habla del ayer con nostalgia: «Mire, señorita, aquí ahora no hay competencia ni en los manos a mano».
En el largo diálogo (más bien monólogo por parte de Ambrosio), me pide que «proponga en su medio» una corrida a plaza partida, a modo de la serie de Los Toros de Burdeos de Goya. Tanto me insiste que aquí lo cuento, algo que podría calificarse de doble locura.
Sinceramente, dudo que esta idea decimonónica que con tanta ilusión me traslada Juan Luis Ambrosio se lleve a cabo, si bien es cierto que hace menos de veinte años se planteó una en El Puerto de Santa María. Fue en julio de 1995. En un «ring», una corrida de toros; en el otro, una novillada. El matador Víctor Puerto y el entonces novillero José Luis Moreno fueron los triunfadores de este doblete, en el que, según contó el empresario Diodoro Canorea nuestro compañero Fernando Carrasco, «las principales figuras del momento rechazaron actuar».
A finales de los cincuenta, también en El Puerto, se anunció un festejo dúo en el que participaron nombres como Rafael Ortega y Gregorio Sánchez de matadores, y Rafael de Paula de novillero, entre otros.

División en los tendidos

Querido Juan Luis, difícil veo que un mano a mano se lleve a cabo con la plaza partida, aunque en los tendidos sí podrían dividirse los de uno y otro bando. Si hay que estar pendiente del toro al segundo, ¿dónde mirar, al jabonero de la derecha o al castaño de la izquierda?¡Qué lío! Dice usted que «un Ponce en una parte y un Morante en otra» desataría pasiones entre los partidiarios de uno y otro y que las teles se interesarían.
En aquella del 95, Telecinco se interesó por la retransmisión. Narran las críticas que los realizadores no lo tuvieron fácil para contar lo de uno y otro semicírculo, y que finalmente se optó por dividir la pantalla en dos cuadraditos: «Los toros parecían sellos», recogían.
Para que haya rivalidad no debería ser necesario partir en dos un ruedo y colocar una barrera en el platillo. La cuestión es que los últimos manos a mano más recientes han sido un chasco en competencia y ganado...

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