viernes, 17 de agosto de 2012


Javier Solís y Julio Parejo triunfan en Almendralejo y salen a hombros

Ambos cortaron dos orejas, mientras que Ambel Posada cosechó silencio y silencio 

16.08.12 - 00:11 - 
Para como andan los tiempos en cuanto a concurrencia de espectadores en las plazas, los tres paisanos que ayer hicieron el paseíllo no se sintieron sin el calor del personal que acudió en aceptable cantidad. Otros con mucho más nombre y mucho más caché, sin puente, verano ni vacaciones también han dejado mucho cemento al aire en la misma plaza.
Se lidió una corrida muy bien presentada con el hierro de Herederos de Bernardino Píriz que tuvieron como principal virtud su fijeza y nobleza, si bien alguno creó problemas en la mayoría de los casos al defenderse por falta de motor. Los problemas parecieron mayores en parte por la falta de oficio de los matadores a los que no se les puede negar la entrega y las ganas.
Abrió plaza un toro cómodo de pitones que se quedó corto en el capote de Javier Solís que no pudo estirarse con la tela. Se dejó pegar en el caballo donde fue bien cogido por Borja Ruiz. En el quite si se lució Solís en tres lentas chicuelitas. Fino, puso un buen par.
Al inicio de la faena de muleta ya anunció el toro que era blandito de manos. El matador lo pasó sin obligarlo, a media altura, en los medios y con series cortas. Tenía fijeza, y más clase que fuerzas el de Píriz que acudió pronto al cite por el pitón izquierdo y con corto viaje. Solís toreó a favor del toro gustándose en una serie de naturales. Fue a menos el toro y tuvo que esperarlo mucho el torero que entendió bien al toro y sus circunstancias. La estocada fue fulminante.
Enmorrillado y alto se presentó el cuarto al que lanceó a la verónica cuando el toro se fijo en el capote.
Con la muleta anduvo a cabezazos y a quitársela de encima, tardeó y fue de corto recorrido. No humilló y Solís, firme, se peleó por sacarle lo poco que ofrecía a base de provocarlo mucho. Por el izquierdo iba al paso saliendo con la cara alta y buscando al torero. En este anduvo mal con la espada y peor con el descabello.
Ambel Posada apechugó con el peor lote. Su primero, de salida, echó las manos por delante y no se dejó templar con la capa. Empujó bien en el caballo y le dieron una dura vara. Paco Chaves se lució en un par de banderillas. Se dolió el toro a ellas.
Perdió el toro las manos al inicio de la faena de muleta que tomó a cabezazos por el derecho y por el izquierdo no humillaba, salía con la cara alta y volvió a perder las manos. Ambel Posada le sacó algún muletazo suelto con la derecha probándolo en varios terrenos sin llegar a domeñar aquellas descompuestas embestidas.
El quinto fue de los que enseñan los pitones, cosa que hace poca gracia a los toreros, pero tomó bien el capote con el que Ambel le dio seis verónicas de buen trazo sobresaliendo las cuatro primeras. El toro empujó bien el caballo, con fijeza y la cara abajo perdiendo las manos al salir.
Sobre la derecha comenzó la faena de muleta que el toro seguía sin humillar. Fueron dos series cortas. Se puso por el otro pitón y comprobó que no era el mejor pues reponía y remataba con la cara alta. Volvió a la diestra pero el toro ya no quiso pelea, escarbó, tardeó, punteó, el torero no lo vio claro y abrevió.
En los dos toros de su lote Julio Parejo manejó el capote por verónicas rematadas con gusto y variedad. Suyo fue el mejor toreo de capote de la tarde. Su primero llegó suelto al caballo y lo picaron bajo. La lidia en banderillas fue un desastre.
La faena de muleta a su primero fue iniciada por bajo, flexionando la pierna y encelando al toro. Retomada la vertical fue sometiendo poco a poco al toro para luego darle mucha distancia y citar con la muleta muy adelantada para llevarlo con gusto y temple. Otra hubo muy lenta según iba pidiendo ya el fijo y noble toro de Píriz. Por el izquierdo tenía menos recorrido. Se apagó poco a poco el toro y Parejo citó de espaldas para engarzar redondos y finalizar la faena con unos vistosos ayudados por alto. Tuvo que hacerlo todo el torero a la hora de matar.
El castaño que cerró la tarde cabeceó en el peto. Hubo dos buenos pares de Jesús Márquez que se desmonteró.
Por bajo y con gusto comenzó parejo su faena para luego tirar bien del toro con la derecha dando distancia al toro y metiéndolo en la muleta atornillando las zapatillas y alargándole el viaje al excelente toro al que dio los tiempos oportunos. Hubo ligazón en las tandas. Lo intentó por el izquierdo pero hubo menos recorrido por haber menos mando, volviendo de nuevo al mejor pitón, el derecho, por el que ya en cercanías, firme y asentado le ligó las ultimas tandas de limpio trazo finalizadas unas con trincheras y otras con el pase del desprecio o molinetes. Acabó de pinchazo y estocada. Una oreja para él y fuerte ovación para el excelente toro de nombre 'Mimbrero'.

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