domingo, 12 de agosto de 2012


Un victorino da la vuelta al ruedo en Gijón

Uceda Leal y El Cid salen a hombros por la puerta grande con espléndidos toros 

12.08.12 - 00:13 - 
Un victorino da la vuelta al ruedo en Gijón

Los tiempos actuales. Victorino, el ganadero más taquilero, el mejor de la historia, solo logró que se ocupara la mitad de la plaza. Esto es grave pues la crisis de asistencia puede entrar en Gijón, como ha entrado en toda España, a excepción de Madrid y Pamplona y, en menor medida, Santander, tal como ha dicho en varias ocasiones el maestro Manolo Molés. Aún así Gijón superó la media de muchas entradas castellanas y andaluzas. El Norte, a pesar de todo, está en primera línea.
Los toros de Victorino Martín fueron los protagonistas de la jornada. Un extraordinario cuarto. Otros tres de buena nota. Un sexto con problemas, que entraba andando a veces, pero que tuvo mucho interés para el aficionado. Solo el segundo sacó la leyenda esa de las antiguas alimañas del ganadero de Galapagar. El único que no fue aplaudido en el arrastre.
Uceda Leal sufrió un achuchón al lancear al que abrió plaza. Destacó la media de cierre. Brindó al público, que lo agradeció con fuerza, por el recuerdo a pasadas actuaciones felices en nuestra plaza. Empezó, con la muleta, con unos estupendos pases por bajo. Anodino en los primeros derechazos. Sobresalió un pase de pecho. A los compases de 'Suspiros de España' llegaron unos naturales de buen tono. Una segunda tanda desigual con un atropello. Mejoró al volver a la diestra, pues alargó el muletazo. Apuró otros naturales con oficio y denuedo y anduvo bien a la res en los pases accesorios finales. Magnífica la estocada. De por sí valió el trofeo.
Buenas verónicas de Uceda al tercero. Lo llevó bien al picador. Se sacó, luego, a su rival a los medios para el trasteo muleteril. Cumplidor en los primeros escarceos, construyó una última tanda de naturales. Se superó en una segunda y el de pecho final resultó de lo más conseguido. Prosiguió en ese buen tono que siempre logra en El Bibio. Una pena que el buen victorino se echase un momento. No se perdió la unidad, pues los pases diestros también tuvieron tratamiento de usía, longitud y recorrido. Todo bajo las notas musicales de 'Nerva'. Terminó con uno de sus personales estoconazos. Una oreja de ley.
Opaco con el capote en el quinto, El Cid se lució en turno de quites. Uceda instrumentó muletazos largos, profundos, acabados. Bien empezados, idénticamente continuados y rematados, aún mejor. Faena más in crescendo hasta su mitad y mantenida con buena nota, a continuación. El fallo con las armas toricidas impidió la petición de trofeo. Estuvo mejor en ese toro con la muleta, que en el que abrió plaza. Se ha ganado la sustitución.
El Cid toreó con gusto y a pies juntos en los lances preliminares al segundo. Sufrió una colada. Lo llevó bien al caballo y el de Victorino tomó una buena vara durmiéndose en el peto. Quite de gusto de El Cid. Bonita media y adornos con pinturería. Anduvo bien, Manuel Jesús, a la res, pero sufrió una colada. El burel se empezó a revolver y no le dejó al espada colocarse. El Cid, a la fuerza, estuvo desbordado, aunque, al final encontró cierta eficacia, abandonada por el mal uso del descabello. El toro se las traía.
Izquierda resucitada
Nuevos lances a pies juntos y media verónica de recibo al cuarto. Esperanzadora tanda de derechazos y mejor el de pecho, con la otra mano. Todavía logró mayor altura con la zurda, aunque perdió, una vez, la flámula. Después encontró la ruta de los buenísimos tiempos. Sobresalió un afarolado empalmado a uno de pecho. El regreso a la derecha fue excelente, aunque volvió a estar muy sobresaliente al regresar a su célebre izquierda que ha resucitado. Acabó intercalando ambas manos y adornos finales muy toreros. Mató de una estocada y nadie le puede negar las dos merecidas orejas.
Lidió bien, Manuel Jesús, al sexto de la tarde. Alvarito Lacalle, el sobresaliente, fue aplaudido en un quite. Excelentes primeros pases de El Cid con garbo y galanura a los sones del pasadoble 'La gracia de Dios'. Prosiguió el trasteo con buen pulso, disipado después pues el toro entraba andando. Se volvió a centrar con entrega y ganas y salvó algunos escollos que tenía el rival.

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